CORNADA DE LOBO | PEDRO GARCÍA TRAPIELLO
San Jesús Malverde
LAS religiones que no tienen milagros o fetiches no pasan de la secta o de la esquina. Si la parroquia no palpa lo sobrenatural, adiós misterio. Todo el mundo quiere tener su religión, incluídos muchos ateos. Así que bandoleros o delincuentes también se apuntan a su devoción o magia celestial. ¿Cuántos asesinos no tienen cruces tatuadas o estampas en su celda?...
Quien concede milagros y protección a los narcos mejicanos es un san Jesús Malverde como aquí lo es el de Medinaceli o de Limpias; pero ese Jesús cuate fue un bandido bueno, un robinhood chicano de dudosa existencia y biografía que pudo nacer en 1888 y morir joven en 1909, en Sinaloa, donde tiene hoy su principal santuario; se le inventaron tras su muerte peripecias, patrañas y milagrerías; robaba al hacendado y repartía el botín entre los pobres, viejo mito del tirado al monte en Sierra Morena o el bosque de Sherwood; son miles los devotos que van a las capillas que le han levantado en Tijuana, Badiraguato y Chiguagua o hasta en Colombia y Los Ángeles... ¡diós, qué fe le tienen!... también colocan de extranjis su imagen en templos y basílicas.
Hace siete noches, en Tijuana, amanecieron cinco de sus ermitas derruídas y sus feligreses blasfeman besando su estampa con el dedo en el gatillo, pues a la par que veneran a Malverde con ritos católicos y sincretismos milagreros, idolatran a la Santa Muerte a la que visten como Virgen, una calavera con túnica sagrada y manto de besar. Ese Jesús es el santo de narcos, patrono de pobres con causas penales y de emigrantes clandestinos. Le rezan mucho y en sus capillas hay exvotos que dan fe de sus milagros; le cantan narcocorridos; le adoran... y les funciona... el desprecio a la ley es catecismo.
Todo ese fetichismo milagrero lo aprendió Méjico del catolicismo contrarreformista que misionó aquellas tierras donde palpitaban ya religiones bestias con cuchillo azteca de obsidiana para apiolar gentes sacrificadas en el altar. El tremendismo y la procesión les vino como anillo al dedo y diciendo ¡viva la muerte! son más bestias que un legionario engrifao y sin camella.
Si la historia de Estados Unidos la escribió un colt-45, la mejicana se dibujó con una carabina, dos pistonas y una cruz de aspa en el pecho hecha con dos cananas... ¡santa balacera! 1396927554