Un estudio del CSIC ha analizado las relaciones de dependencia entre esta especie y sus presas
El uso de cernícalos podría ayudara controlar las plagas de topillos
La abundancia del topillo depende del número de cernícalos y del clima
león
El cernícalo vulgar podría ser la solución para acabar con las plagas periódicas de topillos en Castilla y León. Un equipo de investigadores del CSIC ha estudiado durante 11 años las relaciones de dependencia entre esta pequeña ave de presa y algunas de las especies que le sirven de alimento como el topillo campesino, el lagarto ocelado y la musaraña gris.
El estudio confirma la teoría de que el efecto esperado de un depredador generalista es el de estabilizar las fluctuaciones en las poblaciones de sus presas e impedir grandes picos de abundancia, lo que podría ser utilizado como herramienta para prevenir las explosiones demográficas de especies como el topillo. El trabajo, que aparece publicado en PLoS ONE, fue realizado en la comarca ganadera de Campo Azálvaro, en los términos municipales de El Espinar y Navas de San Antonio (Segovia), así como en Navalperal de Pinares (Ávila). En el caso del topillo, los picos demográficos encontrados en Castilla y León son de menor tamaño que los identificados en regiones más nórdicas o en comunidades vecinas, donde la abundancia de cernícalos es más baja.
El cernícalo vulgar es un depredador que en regiones mediterráneas se alimenta de gran variedad de insectos, anfibios, reptiles, aves y pequeños mamíferos. Según ha señalado Juan Antonio Fargallo, coautor del estudio, «el interés aplicado de estos resultados está relacionado con la conservación y la economía a una escala regional. Dado lo acontecido en la Meseta Norte en relación con el topillo, sería conveniente investigar si los depredadores, largamente esquilmados por intereses cinegéticos en Castilla y León, podrían usarse para evitar las explosiones demográficas de un roedor que, aparentemente, causa daños significativos a la agricultura».
Dinámica poblacional
La dinámica poblacional del topillo se explica por el número de cernícalos y por las condiciones climatológicas. Hay más topillos cuando el año anterior hubo menos cernícalos, cuando la temperatura media anual fue más alta y la precipitación anual mayor. En el caso de las musarañas, su población se incrementó con un descenso en la cantidad de cernícalos y un aumento de las temperaturas. Y respecto a los lagartos, tan sólo afectó la variable de la precipitación durante el verano del año anterior; se incrementó su población cuando hubo una mayor precipitación durante el mes de agosto del año previo.
Fargallo señala que, «se podría prevenir, además, el uso de veneno como plaguicida que causa la muerte indiscriminada de otras especies, perjudica el estado de conservación de las poblaciones de fauna salvaje y afecta también a otras actividades económicas, como la caza». Según los autores del estudio, la mayoría de los trabajos que analizan la dinámica depredador-presa en vertebrados están basados sobre todo en sistemas nórdicos o semidesérticos más simples, donde los depredadores suelen ser especialistas (sólo una o pocas especies le sirven como presa). Estos sistemas facilitarían el análisis y la comprensión de las dinámicas poblacionales.
En el área mediterránea, no obstante, los sistemas son más complejos, la biodiversidad es mayor y, al igual que en los semidesérticos, las condiciones climatológicas «influyen de forma decisiva» en las dinámicas de población de los animales, según explica los investigadores. «Aún no se conoce muy bien cómo las fluctuaciones poblacionales de las especies-presa pueden afectar a la abundancia de depredadores con un amplio espectro trófico o generalistas», concluye el científico.