La tomografía computerizada es idónea en las patologías abdominales

león

La tomografía computerizada (TC) presenta importantes ventajas frente a otras técnicas de diagnóstico por imagen, como el excelente detalle anatómico de las imágenes, la posibilidad de examinar cualquier plano anatómico del paciente sin necesidad de moverlo, y la ausencia de riesgos biológicos directos, según las investigaciones realizadas hasta el momento. En la actualidad, el estudio de la anatomía por secciones tiene un interés creciente en medicina humana debido, en gran medida, al desarrollo de las técnicas topográficas de diagnóstico por imagen. Cuanto mayor sea el conocimiento de la anatomía por secciones de la región explorada, más fácil será realizar una correcta interpretación de las imágenes.

En medicina humana son numerosos los atlas de anatomía por secciones que se han publicado recientemente. Posiblemente, también en este aspecto, la anatomía veterinaria seguirá un camino paralelo. Ya en 1997, Asshever y Sager publicaron un atlas en el que se incluyen imágenes normales de TC e IRM de todas las regiones anatómicas en la especie canina.

El uso de la TC es un sistema poco invasivo para el animal, que produce imágenes diagnósticas de una muy buena calidad. Esta técnica también nos permite trabajar con los distintos tipos de tejidos que existen en la zona abdominal como son radiopacos y/o radiotransparentes, con o sin estructuras (parénquimas), contenidos de vísceras, etc.

La TC abdominal es una prueba poco agresiva, que ofrece mucha información sobre el estado de los órganos abdominales. Puede ser útil para evaluar la presencia de tumores, litiasis, infecciones o problemas vasculares. Las ventajas de la TC como método de diagnóstico por imagen son evidentes frente a la radiología convencional, elimina el problema de la superposición de estructuras al «observar» cada punto del abdomen desde distintos ángulos en cada disparo. Por otro lado, al digitalizar la imagen, permite discriminar entre densidades muy próximas, algo que en radiología simple es totalmente subjetivo.

Comparaciones

En comparación con la ecografía, la TC proporciona imágenes objetivas cuya obtención depende en mucha menor medida del operador y que posteriormente pueden ser examinadas por un experto. Además, las imágenes obtenidas mediante TC pueden posteriormente procesarse para mejorar su calidad, y su adquisición se ve poco influenciada por la presencia de gas o de grasa. En el caso de la grasa, ésta resulta un excelente medio de contraste o interfase, ya que separa las vísceras y estructuras, permitiendo una más fácil identificación de las mismas. Como ventaja, esto supone el acceso sin problemas a zonas profundas del abdomen como el retroperitoneo.

Aunque la radiografía convencional expone a menos radiación que la TC -y la ecografía y la Resonancia Magnética no exponen al paciente a radiaciones ionizantes-; el riesgo individual de la radiación asociado a un estudio de TC es bastante pequeño comparado con los beneficios que puede proporcionar a nivel diagnóstico.

La tomografía es más utilizada que la resonancia para el estudio de vísceras huecas aunque para el estudio de órganos compactos no está tan claro. Para órganos como hígado, bazo, riñones y, posiblemente, páncreas, ambas son competencia. En el caso de exámenes en movimiento y posición prona, como los pulmones y el intestino, la tomografía parece ser mucho mejor.

Los nuevos escáneres helicoidales han permitido un gran desarrollo de la tomografía, proporcionando en tiempo real imágenes para intervenciones quirúrgicas guiadas por tomografía. En casos de biopsias percutáneas de pulmón se lleva a cabo con agujas guiadas por visión «directa». Esto significa que el recorrido de la aguja puede ser variado constantemente hasta que alcanza la zona diana. En teoría, el número de punciones pulmonares debería ser menor, lo que permite un menor tiempo total de estudio y mayor confort para el paciente.

Por medio de una inyección intravenosa de una sustancia de contraste se pueden obtener imágenes de los vasos sanguíneos o angiografías del abdomen, lo cual resulta especialmente útil en la planificación de procedimientos quirúrgicos. También, los nuevos equipos helicoidales, permiten un mejor aprovechamiento del contraste intravenoso al poder realizar las fases arterial y venosa de un mismo territorio en intervalos de 10-20 segundos, cada una según la amplitud de la zona a estudiar. Este hecho permite la realización de una angio- TC, que consiste en extraer del conjunto de los datos volumétricos, sólo aquellos que corresponden al árbol vascular con contraste, y procesarlos para obtener una imagen angiográfica digital bi o tridimensional de la zona.

Múltiples diagnósticos

La TC frente a la RM se presenta como una técnica más barata y que lleva menor tiempo, resultando una herramienta valiosa para diagnosticar con rapidez cualquier trauma abdominal. Este procedimiento ofrece información sobre la posible presencia de hemoperitoneo, la magnitud de la lesión en los órganos compactos, diagnostica la mayoría de los casos de perforación de vísceras huecas, así como las fracturas óseas y hemorragias activas. Además, en el caso de traumatismo toracoabdominal, permite la diferenciación entre contusión pulmonar y hemotórax y la identificación de neumotórax oculto.

En cuanto a las masas tumorales, hemos comprobado la validez de la TC en su estudio a nivel abdominal, tanto en el descubrimiento de las masas como en la determinación de su tamaño y relación con las estructuras anatómicas adyacentes. Además, permite descubrir posibles mineralizaciones de la masa y es de gran utilidad en la localización de metástasis.

Diferentes autores han demostrado la eficacia de la TC en el diagnóstico de diferentes patologías abdominales en perro como la localización y estudio de infartos a nivel renal, apareciendo la zonas afectadas con una disminución en la atenuación comparadas con la áreas normales. También se han diagnosticado pancreatitis agudas necrotizantes, las cuales dan imágenes con aumento del contraste.