Los científicos detectan un calentamiento local muy acentuado de las aguas cantábricas
león
En un informe elaborado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) se afirma que la temperatura del agua del mar en Galicia y el Cantábrico aumentó en 0,3 grados centígrados desde la década de 1990, lo que se califica como un calentamiento local muy acentuado. El dato es el resultado de los registros tomados por el buque Coornide de Savedra, dentro de la campaña RadProf0209, recientemente finalizada, que tuvo que reducir parte del muestreo debido a las condiciones meteorológicas adversas y realizar arribadas forzosas en los puertos de La Coruña, Gijón y Santander. De acuerdo con estos registros científicos, el IEO constató un calentamiento local muy acentuado de la columna de agua del mar, especialmente en los primeros mil metros desde principios de la década de 1990.
Estos datos, que se toman cada año, recogen la secuencia de años cálidos con eventos fríos en 2005 y 2006, lo que provocó una inyección de calor hasta niveles intermedios de 300-500 metros y se observó cómo las propiedades de las aguas a niveles en torno a 2.000 metros fluctuaron de acuerdo con los cambios meteorológicos en su región de origen, el Mar del Labrador. Asimismo, y según afirman los investigadores, el frío invierno de esta temporada ha producido una fría y profunda capa de mezcla, con más de 250 metros tanto en el oeste de Galicia como en el Cantábrico, donde se tomaron temperaturas superficiales en algunos casos inferiores a 12 grados centígrados.
La campaña RadProf0209 tiene como finalidad mantener un sistema de observación que evite la pérdida irrecuperable de información climática potencialmente crítica durante los próximos años, con el objetivo de que en el futuro se puedan establecer planes de monitorización permanente como parte de una estrategia nacional de observación del clima. En este tipo de campañas se muestrean las propiedades físico-químicas de la columna de agua (temperatura, sales disueltas, oxígeno, carbono, nutrientes) y algunas medidas relacionadas con el plancton a lo largo de tres tramos: en Finisterre, Ortegal y Santander. Esto se hace a partir de sondas con sensores electrónicos y con la recogida de muestras de agua de diferentes niveles, aunque también se despliegan en Finisterre y Santander dos líneas de correntómetros (un equivalente a veletas y anemómetros submarinos que se dejan sumergidos grabando datos a lo largo de un año). El muestreo se complementa con medidas directas de las corrientes marinas durante su trayectoria.