Cosas de aquí | Decepción en el desvede
Muchas cañas y pocas truchas
La temporada truchera comenzó en los ríos leoneses con buen tiempo, gran afluencia de pescadores y escasas capturas, aunque se esperan cambios para los próximos días
león
Tal y como viene sucediendo año tras año, la afluencia de pescadores fue masiva en la primera jornada de la temporada truchera. La coincidencia de la apertura con el domingo de Ramos, al comienzo de la Semana Santa, también ha influido en la gran afluencia de aficionados. El día, que amaneció algo nublado y un poco fresco, fue abriendo a lo largo de la mañana entre nubes y sol, con temperatura agradable, mientras las orillas de los ríos se llenaban de pescadores. Especialmente masiva fue la afluencia en los tramos libres del Órbigo, donde era realmente imposible guardar la distancia reglamentaria entre pescadores. Mucha presencia de aficionados también en el Porma, especialmente en el tramo libre de Puente Villarente, así como por debajo del coto intensivo de Marne, ya en el Esla.. También en el Bierzo las riberas se llenaron de aficionados especialmente en los tramos libres del Cúa y el Sil. La mayor concentración se producía hacia la una del medio día mientras que alguno, de los más madrugadores que pescan a cebo natural, recogía los aparejos.
No bajan los ríos en buenas condiciones a pesar de que los caudales han mejorado sensiblemente. La temperatura del agua siegue siendo muy fría, mala para la pesca. Apenas hay heladas o son muy débiles y, al no cortarse los deshielos siguen bajando frías. A las cinco de la tarde, en el momento de cerrar esta información, se había pescado poco en la mayoría de los ríos. En el Sil se ha pescado mal, pese a que se consiguió alguna captura de gran tamaño, pero hubo muchos pescadores que no lograron una sola trucha. Algo mejor en el Burbia y en el Valcarce, donde muy pocos aficionados consiguieron el cupo de cuatro truchas, ni siquiera en los cotos pese a que, en opinión de la guardería, si hay bastantes truchas. Muy mal en el Esla, pese a que bajaba en perfectas condiciones. Los ceros fueron la tónica general, incluso en los cotos, y un poco mejor en el Porma, bastante bajo, donde se conseguían algunas capturas.
Bien en el Órbigo
El río Órbigo, que también discurría muy bajo, ofreció los mejores resultados, y ello a pesar de la masificación con bastantes pescadores vadeando el río continuamente. Pese a que resulta difícil realizar estadísticas entre los pescadores ribereños, especialistas en el cebo natural, parece que la lombriz no ha dado tan buenos resultados como el pasado año, y tan solo en las primeras horas de la mañana se conseguían capturas. A lo largo del día tampoco la cucharilla ha funcionado. La eclosión de insectos en las horas centrales del día ha sido muy desigual. En el Órbigo desde las dos a las cuatro han corrido efémeras oliva y algunos pardones. En el Esla corría el tabaco y el pardón de forma abundante, pero las truchas no se movieron. En cuanto a los ríos de montaña, que suelen dar buenas capturas al principio de la temporada, los resultados han sido malos tanto en el Bernesga como en el Torío y Curueño. Los datos del Omaña, Duerna y Eria no han podido ser contrastados en esta primera información.
De cara a los próximos días es previsible que la situación cambie poco. El campo y los ríos están demandando agua y la llegada de las lluvias podría ser beneficiosa, sino a corto plazo pues embarrará las aguas, si a medio plazo pues contribuirá a que los caudales se regularicen. Durante toda la Semana Santa serán muchos los aficionados que salgan a pescar. Los cotos intensivos de Ponferrada, Marne y La Bañeza están agotados. Al menos en esta primera jornada muy pocos aficionados pueden sentirse satisfechos pero en los próximos días veremos como algún afortunado consigue grandes capturas, especialmente pescando a cebo natural. Quién suscribe esta crónica pescó en el coto de Pereje, en el río Valcarce. A las cinco de la tarde había pescado cuatro hermosas truchas, una de cuarenta y cinco centímetros, dos de treinta y cinco y una de veintiséis. Las dos primeras las conseguía a cucharilla, hacia las nueve de la mañana, y las dos mayores a mosca ahogada, sobre las tres de la tarde. No fue el único que consiguió el cupo, pero si las más grandes.