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Cosas de aquí | Los clicks de la Semana Santa

Dulce Nombre de Playmobil

El establecimiento leonés Festones monta un paso deSemana Santa en su escaparate en el que los paponesson los míticos muñecos inventados por Hans Beck

Detalle del escaparate de la tienda Festones en el centro de la capital leonesa en el que se represe

León

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redacción

Vaya por delante que ya no son clicks, sino playmobil, por aquello de las marcas, pero ya hay otros papones bajitos por León, y están en la tienda de bordados Festones (Julio del Campo, 16). El establecimiento, de los hermanos Álvaro y Jorge Pérez Algorri, mueve su escaparate a ritmo de temporada, y la Semana Santa es para ellos un exigente acontecimiento de primer orden. De hecho, la tienda borda guantes, corbatas-¦ que luego utilizan los cofrades. Y en estos días de procesiones, en su escaparate está el paso de la Flagelación, con unos 120 papones, autoridades, el alcalde Francisco Fernández, con su banda (y una raqueta), Menchu, con su mantilla blanca, el guión, hasta el guión de la marca, el hombre de los barquillos-¦ Y todos son playmobil.

Pero esta historia de papones en miniatura nace en la imaginación de un crío de 9 años, Víctor Suárez A. Villalobos, que, si esta versión en miniatura del Dulce Nombre tiene abad, él ha de serlo por derecho. A su modo, Víctor montaba sus particulares procesiones por el suelo de su casa, con sus playmobil romanos y demás peculiar personal. Un día, su tía, María Villalobos, que es un manual de imaginación y hada madrina a tiempo parcial en estas lides, y que trabaja en esta tienda, secuestró a uno de esos playmobil, se lo llevó a su casa y fabricó el primer papón de la historia de esta singular cofradía. Álvaro Pérez lo vio y comenzó a forjarse lo que ahora se puede ver en Julio del Campo. Primero hubo que hacer un reclutamiento de estas figuras hasta conseguir una tropa de unos doscientos. Posteriormente, Villalobos hizo los minitrajes, que no tienen desperdicio y cuentan con todos los detalles, y vistió a los futuros papones.

Aquellos soldaditos romanos del pequeño Víctor dieron sentido a que, para que la réplica resultara lo más adecuada, el paso elegido fuera la Flagelación. Estos días, algunos papones, de los verdad, se quedan ensimismados y emocionados ante el cristal. «Casi miran más los mayores que los pequeños. Cada poco, eso sí, tenemos que limpiar el cristal de las manos de los niños que se apoyan para mirar con toda su curiosidad», explica María Villalobos.

Al final, para conseguir esta joya del escaparatismo, todo el equipo Festones ha puesto de su parte entusiasmo y trabajo. Porque, a fin de cuentas, han necesitado tres meses para tenerlo rematado. Jorge, Álvaro, María y Carmen Fernández Valdés pueden ahora comprobar que su tienda se ha convertido en ruta fuera de programa de la Semana Santa leonesa. Y que aquí, en lugar de ser el paso el que desfila, es la gente la que discurre y se detiene para disfrutar de ese material sensible que es la imaginación cuando está en manos de los niños.