El corazón en las mejillas

ponferrada

La voz de Diana Navarro hizo llorar a Antonio Banderas, que hasta entonces había reído con ganas las bromas de los premiados sobre el escenario. La sonrisa seductora de Miguel Ángel Silvestre desató la histeria entre las adolescentes, que también rieron y también lloraron mientras corrían para tocarle. Media sonrisa de satisfacción apareció en la cara a la madre de Patricia Conde viendo como todas las miradas se posaban en su hija. Y en la calle, dos jovencitas se pintaban un corazón en las mejillas con el nombre de El Duque en su interior.

La resaca de la gala de los Micrófonos de Oro dejó imágenes poderosas. Decenas de adolescentes desatadas rompiendo un cordón policial. Un actor con muchas tablas y algunos éxitos en La Meca del cine buscando el cobijo de una servilleta para secar sus mejillas. Dos políticos opuestos compartiendo mesa. El presidente de los culés y una leyenda madridista. Un follonero profesional, agitador de políticos correctos, levantando los brazos triunfador con un micrófono (de oro) en la mano. Un juez mediático. Dos guapos, ella y él, que rompen la cámara. Un torero con nombre de conquistador. Una soprano. Y una voz, otra vez, que encoge el corazón.

Diana Navarro cantó el Padre nuestro y Banderas rompió a llorar emocionado. Rosario Flores recordó a su hermano Antonio poniendo el corazón en un puño con el clásico No dudaría . Y también fue pura emoción.

¿Y el broche ? Decía Patricia Conde que se sentía como una cenicienta en su carroza mientras los ponferradinos la aplaudían, sentada en un lujoso automóvil. Así que el broche de la gala y de los actos de PonfeRadio habrá que ponérselo a la gente que lo vio todo desde la calle, como esas dos niñas que se pintaron un corazón de bolígrafo en las mejillas con el nombre de un duque. Y no se lo borraron.