Diario de León

Gente de aquí | La historia, en primera persona

Guerrero, el blues del fútbol

El ex árbitro asistente leonés presentó en El Corte Inglés su libro autobiográfico «Rafa no me jodas» en el que desgrana los entresijos del deporte rey, su vida durante muchos años

Rafa Guerrero, junto a Pedro Trapiello y María Lafuente, firma uno de los ejemplares de su libro sob

Rafa Guerrero, junto a Pedro Trapiello y María Lafuente, firma uno de los ejemplares de su libro sob

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«En este mundo existen hay tres tipos de personas, las dóciles, las que se amoldan y las atravesadas. En ese tercer capítulo es donde sitúo a Rafa Guerrero, una persona que en este mundo donde muchos van al dictado de otros ha sabido ser autónoma y consecuente. Y por eso la admiro». Con estas palabras el periodista Pedro García Trapiello calificaba al ex árbitro asistente leonés que ayer, ante sus paisanos, presentaba el libro autobiográfico «Rafa no me jodas» (blues apasionado de un linier con mucho swing) en el que relata en clave amena su experiencia en el mundo del fútbol, sus ratos buenos y también los malos. Junto a Trapiello también quiso arropar a su paisano la diseñadora María Lafuente. «Es una de las personas más luchadoras que he conocido y la que siempre ha hecho patria de esta tierra. Eso a pesar de que algunos no se lo han reconocido lo suficiente. Sí lo han hecho sus compañeros y casi todo el mundo del fútbol. Porque no es pasión de amiga, pero para mí fue el mejor en su faceta».

El Corte Inglés de León fue el escenario de la puesta de largo de este libro del que junto a Guerrero es autor Germán Pose. Allí el protagonista encontró el apoyo no sólo del mundo del fútbol sino de otras disciplinas deportivas. Y como en su diccionario aparece subrayada la palabra caballero quiso refrendarlo con sus primeras palabras acordándose de la figura del presidente del Huracán Z, fallecido el pasado domingo de un infarto. Emocionado firmó uno de sus ejemplares que le entregó al vicepresidente De la Riva «dedicado a Rafael Tejerina».

Anécdotas como su anuncio de una marca de coches «cuyo dinero doné a una ong y que me llegó a costar dinero porque Hacienda me reclamó un año después el 20 por ciento» fueron parte de un acto que finalizaba con la multitudinaria firma de autógrafos de una persona que para Pedro García Trapiello «ha dignificado la figura del linier, llamado ahora con una palabra que a mí no me gusta nada, la de árbitro asistente».

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