Sin mujeres

Por dentro, el mundo de los toros no es tan artístico ni respetable; es piramidal, caciquete y demasiado masculinorro, sólo maromos, jichos todos, apoderaos que le roban la d al nombre y la usan como cazo, peones de brega agachando la oreja y viviendo o durmiendo en montón por cuatro perras, picadores, matadores, banderilleros, monosabios, rejoneadores, mayorales, muleros, cacheteros, mozos de estoques, gañanes de dehesa y pelo, secretarios con pluma, matarifes, dontancredos y hasta un bombero enano... en el intríngulis de la fiesta nacional, en el universo de los toros, todo son tíos, no hay mujeres mayormente, porque a las propias las dejan en casa rezando o zurciendo taleguillas y las demás se van peripuestas al tendido a ver mozos juncales vestidos de bailarinas en una danza de virilidades donde arriman su material al bicho para medirse en macho y en arrojo con esos dos cojonazos negros que distinguen a la raza del toro de lidia... ¿cuántas mujeres se ven en los toros no siendo acompañadas?... y entre ellas se miden, uy, pues no es lo mismo que las vean en barrera, en montonera de tendido o en un palco... las plazas fueron hechas para confirmar las castas sociales desde el callejón de peones al balcón real.

Hay mujeres toreras, pero son nada, sólo adorno en el total; y no reciente; ya constaban en la lidia hace dos siglos, cuando el machismo era constitucional. A principios del XX decaían las corridas y aparecieron novilleras en los carteles, de la misma forma que también se organizaban corridas extravagantes para recuperar público en la grada (en 1904 se programó en la plaza de San Sebastián un festejo de toros contra leones y rinocerontes).

En el mundo de los toros la mujer se queda en estampa de Macarena en la capilla de matadores o en estricto trasunto familiar, esposa esperando en el cortijo o en el casino... o se queda, y de qué forma, en cupletista buscona de afamados espadas y en el puterío de arroyo para el peonaje en gira de provincias... Pero en el mundo de los toros, en fin, las mujeres siempre están al fondo, muy al fondo... y en el fondo de muchos pasos... o de muchos cuernos y cornadas.

Cagancho dijo que las mujeres toreras sólo deberían lidiar vacas.