Votad, benditos
El demonio a la oreja / te está diciendo / no vayas a misa / sigue durmiendo»... decía un himno catequético de aquel tiempo de piojera mental, sabañones cuarteleros y doctrina metida en la mollera con cartabón de canto.
Todos saben que el demonio de guardia vive tras la oreja día y noche. No está tan claro, sin embargo, dónde lo hace el ángel de la guarda. Junto a la oreja, el demonio oye mejor el tictac de la ideas o los sueños y se cuela en ellos para que el subconsciente fabrique cosas que no nos atreveríamos a contar a nadie; todos tenemos una docena de sueños inconfesables, brutales, trágicos o guarrísimos.
Ahora, tras la oreja duerme también un escéptico que a veces se viste de mosca y nos apabulla con razones y ejemplos para no creer ya ni en la lotería, la única fe de todos; que toque es algo real, irreal e inalcanzable, como todo buen misterio divino.
El demonio del escepticismo nos hace galerías en el tarro. Ahí martillea hoy su obsesión: ¿Qué coño es Europa, si de cerca parece una Bernarda?...
Nadie sabe nada de Europa, qué se vende allí, qué nos dan, qué nos maldice... y «¿dónde se mete la eurodiputada del 17, de dónde saca pa tanto como destaca?»...
Pero hoy es el día de Europa y la patria continental nos llama: votad, votad, benditos... Los niveles de abstención estimada deprimen y avergüenzan. El demonio escéptico del español, francés, italiano o belga canta su catequesis: «... te lo estoy diciendo: no vayas a votar, sigue durmiendo»... así que hoy más de media Europa pasará la mañanita en la cama o en la tumbona tan ricamente. Es una opción. Analícese su por qué. Pero esta columna debería ser civilizada invitando hoy a votar para que al menos la democracia coja músculo, aunque sólo encuentro un argumento pasional para el euroescéptico: No se preocupe usted por Europa y su fárrago, tranqui, no es lo que se vota... esto es una disputa de nuestro corral nacional, unas primarias, unas hostias en las urnas entre Rajoy y Zapatero... hay partido, hay quiniela... participe usted en el marcador final lanzando su propio penalty... aquí siempre se vota contra alguien y eso sí que mola, paisano... vote, coño, y chute.