Un no es sí
Y... ¿cómo se dice «no» en leonés?: «sí... por los cojones»?...
Corre polvoreramente esta definición en el hablar chirigotero de los días del verano. Acazurré porque sí este hallazgo y así lo vengo extendiendo, aunque en realidad me lo contaron como el «no» de los asturianos. Pero nos vale perfectamente la extensión de este chirigoto a esta nuestra asturianía acastellanada del secano, de la feria y del revuelto.
Hay, sin embargo, alguna diferencia: mientras que el «por los cojones» del sí asturiano es convencido, sonoro y algo grandón, el «sí» leonés oculta entre dientes esos testículos, mete sordina o braguero en la boca y no se atreve más que a mascullarlos, quedándosele la imprecación en rezo incomprensible o reburdiado, de manera que este «sí es no» se nos queda por falta de arrestos en un «sí» ambiguo y desconcertante que dará por bueno y afirmativo quien lo ecuche. Y no avanzamos.
Valga de ejemplo el baqueteado asunto de las financiaciones autonómicas que estos días coparon titulares, problemón catalanero y andalusí que se resolvió en nuestra comunidad con un paquete de quinientos millones de leandros de los once mil que componían la rebatina estatal. La Junta ha dicho un «no» que es al fin y al cabo un «sí»... se le escaparon los cojones bajo la lengua y «todo quedó en lo hablado como en la escuela de Mora» o en un expeditivo y cinematográfico «coge el dinero y corre»... así que sí... ¿dónde hay que firmar?...
La definición de cazurro debe darla el diccionario del árabe que así nos motejó, pero en resumidas cuentas viene a significar, entre muchas cosas, receloso, muy suyo y agarrado; de ahí lo de «paisano con boina detrás de una sebe» y esto del «sí» cazurrete es un «no» con parapeto... o el «no» es un «sí» sin pelotas...
Razones tiene el leonés para ser desconfiado. Le vienen dadas en la boca o en culo desde siglos. Pero ya no es necesario el doble significado, ni la sebe, ni contestar entre dientes para la solapa o para sólo la peña que despotrica en el bar, calla en la cocina y enmudece en el concejo... Alto y claro debe hablarse. Y si hay que poner los cojones sobre la mesa, procúrese que el mueble no sea muy alto.