Cerrar

Cosas de aquí | Habitat para una plaga

El largo viaje del aboutillón

Se buscan fórmulas para frenar una mala hierba que avanza sin control por las vegas leonesas

Un cultivador muestra las semillas de la planta tropical que se ha instalado como una plaga en la ve

Publicado por
L. Urdiales | redacción
León

Creado:

Actualizado:

Más que por el largo viaje que le trajo desde Brasil y otros puntos de América del Sur hasta España, esta especie de la familia de las malváceas resulta llamativa por cómo ha hecho de los cultivos leoneses un hábitat en el que resulta inaccesible. Resistente a herbicidas, el denominado aboutillón, hierba salvaje, crece sin control por la vega del Esla; crece viciosa entre las siembras de regadío hasta el punto de agobiar a los cultivadores, que no saben como atacar al nuevo inquilino que es capaz de sacar los hombros por encima, incluso, del espigado maíz. El ocupa es tropical y se deja ver sólo cuando los calores de comienzos del verano continental le aconsejan que es el momento. Entonces los herbicidas de superficie ya no hacen efecto. Y el aboutillón se estira y estira, y florece, y suelta semilla, y encadena de forma exponencial, casi, su capacidad de reproducción. Quienes observan el fenómeno entre las extensiones que dedicaron a remolacha o maizales se hacen de cruces. El visitante ya es materia de los investigadores. Aimcra _que se dedica a experimentar para mejorar el cultivo de la remolacha azucarera y sus rendimientos_ estudia sistemas para aniquilar al aboutillón así que asome, a penas termine de germinar. O cuanto antes. Todo para que no acabe como una planta por encima de los dos metros y medio de altura, estirando la cabeza sobre las panochas de maíz, en busca de sol, y sus hojas anchas devorando espacio a todo lo que crece en su entorno. De cómo el aboutillón llegó a hacerse con tanto terreno en las vegas leonesas es consecuencia de la globalización. Se cree que cruzó el Atlántico entre el algodón que se destina a alimentación animal. Los abonos orgánicos hicieron el resto. Y ahora, para acotar la plaga, es preciso recurrir a la técnica manual del arranque. Y así será hasta que en las mesas de estudio los investigadores den con una fórmula certera para que el herbicida elegido esté de servicio mientras la planta ve la luz.