Reportaje | a. p.
El corazón a mil por hora
La adrenalina dispara en segundos la frecuencia cardiaca de un corredor de encierros hasta rozar las 200 pulsaciones
Para correr delante de un morlaco es necesario una buena forma física para proteger al corazón del sobreesfuerzo súbito que se le va a exigir en plena carrera. La mezcla de ejercicio físico intenso y el pavor, más intenso aún, de encararse a seis miuras en plena estampida dispara la adrenalina y pone el músculo cardiaco a mil en un suspiro. Por concretar, se pasa de 124 pulsaciones a 199 en sólo cuatro segundos; una explosión de casi 20 latidos de aceleración al segundo. Los cálculos los ha hecho la Clínica Universidad de Navarra en los Sanfermines de este año. Como cobaya humana, Juan José Martínez Gilabert, pamplonés de 38 años, deportista habitual. La prueba constató la progresiva aceleración del ritmo cardiaco de Juan José a medida que se avecinaba la hora de inicio del encierro, ocho de la mañana. Cinco minutos antes su corazón ya latía a 98 pulsaciones por minuto, frente a las 50 ó 60 normales. Al tercer cántico de San Fermín los latidos subieron a 117. Juan José empieza a correr y sus pulsaciones también, 124 ya. Cuatro segundos después se disparan hasta las 199 y 32,4 kilómetros por hora.