Gente de aquí y allá | De revolucionarios del campo a peregrinos a Santiago
Joyas de coleccionista camino de Compostela
Un leonés formará parte de la primera expedición con tractores de época que recorrerá la Ruta Jacobea
Asomarse a la Ruta Jacobea es como visitar el rincón del coleccionista. La última promoción por el Camino Francés que llevó al santo hasta Compostela llegará a la provincia a lo largo de la próxima semana con peregrinos a la grupa de tractores; no de esos de esos ultramodernos dotados con GPS y ordenador de a bordo. No. Tractores de la época en la que la revolución de la maquinaria llegó al campo, tractores de época, joyas que nacieron para liquidar la yunta. Tiempo después, aquellos tractores que avanzaron que llegaba una nueva época de modernidad -”también para el laboreo agrario-” se lanzan al asfalto, con la cara espejo de unas entrañas totalmente renovadas. La expedición devorará los 800 kilómetros que llevan hasta Santiago, con una treinta unidades en formación de convoy. No va a faltar la representación leonesa, que pilotará José Fernández, que ha hecho del legendario Fiat 211 R una máquina de museo. La tarea no resulta sencilla; para rejuvenecer estas máquinas lo último que aplica es la pintura. Lo habitual es desmontar el invento pieza a pieza, sustituir las deterioradas y afinar el sistema. «Hasta los zapatos», ironizan estos aficionados a impedir que se pierda el pasado más reciente del campo en desguaces y cementerios de chatarra.
Con este manejo, Barreiros, Lanz, Ebro, Fiat o los primeros Jonh Deere que llegaron a España tomarán ruta a Compostela desde el paso de Roncesvalles el próximo sábado. Calculan que emplearán diez días hasta completar la travesía de la península en una caravana que no dejará de levantar expectación.
Entre ellos circulará el flamante Fiat 211 R que el leonés José Fernández se ha ocupado de dejar al nivel de lo que exige una exposición del salón de la maquinaria de París. Con color original, de aquel naranja puro con el que salió desde finales de la década de los 50 de las factorías de Viasa, que con licencia italiana, fabricaba esta patente en Zaragoza y Cádiz. Un lujo, no un capricho.