Viejos libros para nuevos dueños

Gelete estaría orgulloso. No del principal obstáculo de esta iniciativa -”que los libros de texto se quedan desfasados cada año-”, pero sí de la alegría y de las ganas que los niños y jóvenes que acuden a la Pícara Justina ponen para vender sus antiguos libros de texto.

Un grupo que aglutina a amigos y hermanos de diversas edades proclama a los cuatro vientos que son el número uno en ventas. Y es que han decidido aunar sus esfuerzos, juntar todos sus libros para ampliar la oferta y repartir beneficios. Veinte euros por cabeza. No es mucho, pero podrán pagar las deudas de los cumpleaños y darse algún caprichito más.

No hay límite de edad ni de vendedores. Eso sí, los primeros en llegar escogen los mejores puestos de las mesas y, para los más rezagados, se aconseja llevar mantas. Libre competencia, también con los precios. Los libros suelen rondar los 10 euros, aunque varían según el tamaño, el estado en el que se encuentren, la hora y la capacidad de regateo.

Carritos de la compra, mochilas y maletas no cesan de llegar cargados de mercancía, pero a la demanda le cuesta cada vez más trabajo encontrar lo que busca con los constantes cambios que sufren los libros, aunque la mayoría de las veces es únicamente en la forma. Aún así, hay quien tiene suerte y sonríe satisfecho por el gasto que ahorrará a su bolsillo. La compra de libros nuevos puede ascender a los 300 euros en librerías, pero si se tiene suerte en la Pícara, pueden sacarse por 70 u 80 euros. «Yo no entiendo de economía ni de esas cosas, pero sí sé lo que me tengo que gastar en casa», explica indignada una madre.

Pero el mercado de Gelete, el popular locutor de radio ya fallecido que puso en marcha la iniciativa a mediados de los ochenta, es mucho más que una compra-venta. Es también reencuentro con los compañeros con los que se compartirá un curso más. Su mensaje: «Que venga y que compre el que pueda».