Cosas de aquí | Historia de León
Matar ya no es negocio público
El matadero abandonó ayer la titularidad pública, tras un siglo de historia
Matadero de León podría ser un título de novela negra. Una trama que resume la historia de la ciudad. Nacido hace casi un siglo para dar sustento al abastecimiento de carne y el control de su salubridad en un pueblón rodeado de agro, forjó la leyenda de Morano a través de una huelga de hambre, encerrado en bata y zapatillas en el consistorio, cuando la Junta socialista de Demetrio Madrid aupada en 1983 cerró las instalaciones de José Aguado por deficiencias higio-sanitarias. El cerrojo parió un alcalde -”ahora diputado-” parece que vitalicio y una nueva infraestructura, que se abrió en Oteruelo en 1989. La misma que ayer vivió su último día de titularidad pública, tras 20 en los que ha habido tiempo para que en 1997 una reforma presupuestada en 1,8 millones acabara más allá de los 3,1 millones, con sospechas de desvío de dinero no probadas, y que en los últimos ejercicios se sucedieran pérdidas anuales cercanas a los 800.000 euros.
Testigo es Óscar Prieto, que ha entregado tres décadas de sus 56 años de vida al matadero y que ahora pasará al Ayuntamiento a ocupar una plaza de bedel o empleado de alumbrado, junto a los otros 26 compañeros que contaban con contrato fijo; mientras que los 14 trabajadores eventuales se quedarán en la empresa privada compradora, que ha desembolsado 2,8 millones. Estuvo sin comer -”«y no comí», insiste-” junto a Morano y ahora ironiza con que esa lucha ha hecho que el matadero «resista menos que el otro en manos municipales». Aún no le entra «en la cabeza que se perdiera dinero con lo que se mataba». Pero matar ya no es negocio público.
Fin.