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Cosas de aquí | Perdidos en Vega de Valcarce

El fin del mundo limita con Ransinde

Otro trailer, el segundo en una semana, se extravía en la A-6 y se ve atrapado en una aldea berciana, aislándola

El trailer perdido, tras una noche incomunicado en Ruitelán, fue rescatado ayer por una gran grúa.

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r. arias | ponferrada
Ponferrada

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A muchos de los camioneros que circulan por la autovía A-6 hacia Galicia no les hace falta llegar hasta la Costa de la Muerte para conocer Finisterre, la raya que los romanos trazaron en los mapas como el epílogo del mundo conocido.

Cada vez más transportistas encuentran su Finisterre particular en la pequeña aldea berciana de Ransinde, en las faldas de Piedrafita. Por la noche los conductores se extravían en la maraña de accesos que existe entre la A-6 y la vieja N-VI como si se tratara de un minitriángulo de las Bermudas. Y de repente aparecen a las puertas de Ransinde, donde la maniobra de marcha atrás para un vehículo de 70 toneladas resulta poco menos que un milagro.

Hace sólo una semana la tormentosa experiencia la vivió un conductor lituano y la sufrieron los apenas veinte vecinos de la aldea de Vega de Valcarce que vieron como el hombre se volvía loco y en su afán por zafarse de la «trampa» casi echa abajo dos viviendas en plena noche. El lituano fue liberado 72 horas después, el pasado viernes, del cautiverio de Ransinde. Pero apenas cuatro días más tarde otro trailer ocupó el martes su puesto a la entrada del pueblo. Un camionero, español en este caso, se desorientó en la rotonda de Ruitelán y tomo el desvió erróneo hacia Ransinde donde se vio atrapado con toda su carga hacia las once de la noche.

Ayer por la mañana una potente grúa, con la colaboración de los vecinos y de la Guardia Civil de Tráfico, consiguió devolver al trailer a su ruta. El vehículo impidió hasta el mediodía, como un gran tapón de hierro, el tránsito de los lugareños hacia la Nacional VI y en sentido inverso.

La situación podría parecer anecdótica. Pero los vecinos de Ransinde están desesperados. «Estamos hartísimos. Esta mañana no podían subir ni el pan ni la fruta», se lamentaba ayer Mercedes, la madre de la pedánea. Desde que se abrió la A-6 las «desapariciones» de camioneros y de automovilistas despistados se suceden cada año por decenas, debido a la deficiente señalización en las rotondas de la zona. Pero Ransinde no parece existir en los mapas del Ministerio de Fomento. Al menos eso se desprende del desconocimiento de las demarcaciones de Lugo y León al ser interrogadas la semana pasada sobre el «caso lituano».

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