Gente de aquí y de allá | No fue el «Estadio Azteca», pero casi
Puerta grande para Calamaro
El argentino deleitó a miles de leoneses entregados a su talento
Las cosas son así. Un día no te dan las Olimpiadas, pero, a última hora del día, puedes ver a Calamaro. Y practicar el deporte no olímpico y sí clandestino del calamarismo. Ayer, en la plaza del parque, ahora León Arena, el torero Andrés, con sus Obras incompletas a cuestas, abrió la puerta grande, pero no para salir él, sino para que corriera el viento sin documentos y con todo el rico repertorio del argentino. Paró, templó y mandó. Bajó la mano izquierda como nadie y tiñó de rock del bueno la noche leonesa.
En una plaza de toros, como en aquellos tiempos con montera de Los Rodríguez, Calamaro se asemeja a un Sabina con acento argentino, un Lou Reed en español, o, por qué no, Calamaro puro y duro. Rodeado de una banda consistente, la gira del creador de Flaca y otros éxitos parece que va continuar in crescendo dentro de un planteamiento eminentemente rockanrolero. Y en estos tiempos tan contenidos, la multitud que sigue al astro bonaerense agradece que sea el espíritu rock, con aquello inevitable de irreverente, lo que prevalezca para hacer más llevaderos los sinsabores. En León, el efecto Calamaro se repitió y fueron miles los que corearon esas canciones que forman parte de la historia contemporánea del rock en español. Mientras, olvidando que 2016 no será un año tan deportivo, con Calamaro se pudo practicar el sano ejercicio que se hace con música y letra. Para poder confirmar que, pase lo que pase, Calamaro sigue siendo el rey.