Gente de aquí y de allá | Un mundo en equilibrio
La inmigración mueve el planeta
Naciones Unidas pide a los gobiernos que no blinden sus fronteras a los grandes movimientos migratorios y faciliten la acogida y la integración
Además de ser un fenómeno «inevitable» y tan antiguo como la humanidad, la inmigración es también un factor clave para el «desarrollo humano». Así quiere la ONU que lo entiendan los gobernantes del mundo, en especial los receptores de inmigrantes. es pide que no blinden sus fronteras y les advierte que facilitar su acogida supone un beneficio global que afecta tanto al país de origen como al de llegada del migrante. Uno de cada siete habitantes del planeta (casi mil millones) son inmigrantes, según el informe de 2009 de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. El informe certifica como en los últimos 50 años el porcentaje de migrantes se mantiene estable en torno al 3% de la población mundial. Admite que variables como la pujante juventud de los países pobres y el envejecimiento de los ricos, o el abaratamiento del transporte incrementaron la demanda de inmigración. Pero una y otra vez vuelve al factor clave de las limitaciones impuestas por los países receptores. Unos obstáculos más insalvables para quienes tienen menos formación. En el último siglo se ha llegado a casi 200 naciones-estado con más fronteras que cruzar «mientras que las reformas políticas restringieron la escala de la migración, incluso al mismo tiempo que disminuían los obstáculos al intercambio de bienes».
También derrumba tópicos como que las grandes migraciones van de los países pobres a los ricos. «La mayoría de los cambios de residencias se dan en interior de los propios países», señala. Unos movimientos que suman 740 millones de personas, cuatro veces más que los desplazados entre países. Los migrantes internacionales son apenas 200 millones, de los que 130 se desplaza entre países en vías de desarrollo. Otra cosa son los refugiados -”14 millones de personas, el 7% de los inmigrantes del mundo-” que viven fuera de sus países. De ellos, casi medio millón viaja a algún país desarrollado en busca de asilo. Hasta 26 millones de personas son desplazados dentro de su propio país, acosados por conflictos bélicos catástrofes naturales o epidemias. Sus cambios de residencia no son voluntarios y a menudo los fuerza la violencia y el abuso sexual.