Cosas de aquí | ¿Vandalismo o violencia ideológica?
Arte de radicales
Aerle pide que las reiteradas agresiones de extremistas a los monumentos de la memoria histórica sean consideradas «terrorismo callejero»
La Asociación de Estudios sobre la Represión en León (Aerle) quiere que los actos vandálicos que ha sufrido la escultura de Carrocera en homenaje a los represaliados del franquismo sean considerados «terrorismo callejero», afirmó su presidenta ante los reiterados ataques y pintadas que está sufriendo esta mole de diez toneladas levantada a dos kilómetros de La Magdalena hace algo más de un año, sin ningún tipo de protección, como el resto de monumentos que han sido construidos en Valverde de la Virgen y Jabares de los Oteros en honor de las víctimas republicanas de la Guerra Civil y la dictadura franquista. La asociación, según Encina Cendón, ha denunciado en cuatro ocasiones el acoso de esta obra, pero hasta ahora la Guardia Civil de La Magdalena, donde se instruyen las diligencias, mantiene la calificación de los hechos como vandalismo.
«Es una escultura que se está haciendo a sí misma, espejo de rencores que no han muerto del todo, como se puede comprobar», lamenta el autor de Hito de la memoria , Amancio González.
Primero, la pieza fue pintada con una bandera republicana y palabras como «dignidad», «justicia» y «lucha». Después, el poema del premio Cervantes Antonio Gamoneda fue apedreado y prácticamente destrozado. Y, últimamente, la pieza está plagada con los tres colores de la bandera nacional, que ha sido plasmada en las tres calaveras que coronan la obra y en los glúteos de la escultura. En cada uno de los gemelos del gigante también se han dibujado dos cruces latinas. «Hace tiempo le saltó pintura a la estatua. Nos pusimos en contacto con Amancio [el autor] y dijo que se encargaban ellos. Posteriormente he visto que hay más pintura», es todo lo que alcanza a decir el alcalde socialista de Carrocera, Trinitario Viñayo. La única iniciativa de este municipio ha sido la propuesta de un concejal del PP, en el sentido de denunciar estas agresiones simbólicamente.
No son las únicas que se han denunciado en León. La placa colocada en noviembre del 2007 en la vivienda donde nació el poeta Antonio Gamoneda apareció al poco tiempo pintada con una esvástica negra. La estrategia por la que ha optado Aerle es la indiferencia. De momento, no repararán los despefectos «para que la sociedad sea consciente de lo que pasa», explicó Encina Cendón. «En la sociedad no se respira esa visceralidad», opinó el escultor Amancio González. «Pensando en lo mejor para la escultura -”añadió-”, lo más indicado es dejar las cosas como están».