Gente de aquí | El salón donde amanece la suerte
El hábito no hace al monje
Un burgalés acude disfrazado del «Hijo de Dios» para buscar un milagro
Yahaira y Alicia cantan el Gordo en el sorteo de Navidad.
Álvaro se disfrazó este año de Jesucristo. Incluida la corona de espinas. Es un burgalés que lleva siete años acudiendo puntualmente al salón de loterías el 22 de diciembre disfrazado de «algo». Pero la suerte le resulta esquiva. Así que este año eligió ataviarse como «el hijo de Dios» para que se obrara el milagro. Y el milagro ocurrió en el atestado y vetusto salón de la calle Guzmán el Bueno de Madrid.
Pero el beneficiario no fue Álvaro-Jesús. Fue un milagro con alta carga de justicia poética y que se hizo de rogar. Más de dos horas y media trascurrieron desde el inicio del sorteo hasta que dos crías, la leonesa Alicia Rodríguez y Yahaira Gonzaga, cantaron el Gordo a las 11 y 38 minutos. Era el 78.294. Sus tres millones de euros a la serie se quedaban en su integridad en Madrid -”administración 146, en la populosa calle de Bravo Murillo-” e iban en buena parte para una empresa en crisis y amenazada de cierre, Marsans, propiedad del presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.