LUTO EN LA FAMILIA REAL
El verano más triste de Letizia sin su abuelo
Francisco, padre de la madre de la reina, fallece a los 98 años
A un paso de empezar oficialmente, el próximo sábado, sus vacaciones más tristes, la reina Letizia a buen seguro no podrá evitar recordar los muchos y felices veranos que pasó en la playa de niña, con sus hermanas Telma y Erika, en compañía de sus abuelos maternos, Francisco y Enriqueta, cuando estos se retiraron a vivir al barrio de San Gabriel de Alicante. Francisco Rocasolano, simpático, natural, campechano y humilde, probablemente el abuelo más entrañable de la reina, al que Letizia se sentía muy unida, fallecía a los 98 años la madrugada del martes en el Hospital Universitario de Salamanca, donde ingresó el sábado por problemas coronarios, tras sentirse indispuesto mientras descansaba en una finca de Puerto de Béjar (Salamanca).
Con una salud ya muy delicada, la última aparición pública de Francisco Rocasolano fue en junio del año pasado, cuando este hombre sencillo, que hasta su jubilación ejerció durante décadas de taxista en Madrid, vio cómo su nieta se convertía en Reina en la proclamación como rey de Felipe VI. Padre de Paloma Rocasolano, acompañó también a su nieta en su boda y en los bautizos de sus bisnietas la infanta Sofía y la princesa Leonor, aunque ya no pudo estar presente en la primera comunión de esta, el pasado mayo, a la que sí acudió la abuela paterna de la reina, Menchu del Valle.
El abuelo materno de Letizia, que cuando en el 2003 se anunció su compromiso con el aún entonces príncipe dijo muy contento a los medios que se había enterado de la noticia «como todo el mundo» y calificó a su nieta de «chica muy normal, muy cariñosa y muy lista», era hijo de albañil y luchó en el bando republicano en la guerra civil. Conoció entonces a Enriqueta Rodríguez, una joven viuda madre de una niña, Otilia, que se convertiría en la mujer de su vida y con la que tuvo dos hijos, Paloma y Francisco.
DUROS GOLPES
Letizia, que en el 2005 había perdido a los 82 años a su abuelo paterno, José Luis Ortiz, y dos años después a su hermana Erika, también sufrió otro duro golpe con la muerte en el 2008 de su abuela materna, Enriqueta, cuya desaparición a los 89 años afectó mucho a Francisco Rocasolano, quien ya con problemas de salud se instalaría hasta hoy en casa de su hija Paloma, enfermera, en Madrid.
Letizia, que recibía a menudo la visita de su abuelo en la Zarzuela y que no se perdía ninguno de sus cumpleaños, que celebraba toda la familia, canceló ayer su agenda. La Casa del Rey, que no informa nunca de las actividades privadas de la familia real, no ha dado detalles del óbito.