NAVIDAD DESAHOGADA PARA UN INMIGRANTE
El gordo premia a un senegalés llegado en patera a España
Ngagne, de 35 años, llegó hace ocho a las costas de Tenerife y está en el paro
La suerte sonríe de vez en cuando a los que más la necesitan, y esta semana ha enseñado su rostro alegre al senegalés Ngagne, de 35 años, un hombre que en el 2007 llegó a las costas de Tenerife a bordo de una patera en compañía de su mujer. Ngagne es uno de los afortunados que tenía en el bolsillo un décimo del 79.140, el número premiado con el premio gordo de la Lotería de Navidad: el número que repartió varios millones de euros entre los vecinos de la localidad almeriense de Roquetas de Mar. “No me lo puedo creer, si le digo que no teníamos ni cinco euros para pasar el día”, le explicó a una periodista de La Voz de Almería.
“Estábamos 65 personas en aquella patera y gracias a los españoles estamos aquí, ellos nos salvaron cuando ya estábamos en el mar”, recordó. Ngagne encadenó varios trabajos temporales y mal pagados en el sector agrícola, primero en el municipio de La Mojonera y luego en Roquetas, donde ha vivido los últimos cuatro años. Actualmente está en el paro. Su suerte –y el contraste marcado con su pasado difícil– lo han convertido en el rostro de la suerte en el extranjero, y la agencia France Presse se ha hecho inmediatamente eco de su historia. “Encontré a este senegalés en el despacho de la lotería, con su mujer y el billete ganador en la mano”, le explico a la agencia la periodista Noelia Lázaro.
30% DE PARO
El periódico almeriense también recogía la historia del inmigrante marroquí Imane, que llegó a Almería siendo un niño, con cuatro años, en compañía de sus padres y su hermana mayor. Hoy tiene 18 y le cuesta dar crédito a su suerte: también tenía el 79.140 en el bolsillo. “Estaba viendo el sorteo en la televisión –explicó–. Como veía que ya quedaba poco me levanté para apagar la tele y justo en ese momento han cantado el gordo y me he dado cuenta de que era mi número. He salido a la calle enseguida”. Imane está en el paro –la tasa de desempleo en Roquetas ronda el 30%–, pero ahora, con los 400.000 euros del premio, la perspectiva es otra, muy distinta. “Vamos a poder hacer un montón de cosas, todo lo que queramos, estábamos en crisis de verdad, no me lo creía”.