Obituario del 2016
Vuelo 2016, destino al espacio infinito
El astronauta John Glenn dirige la singladura de ilustres personajes fallecidos este año bajo la música de Bowie, Prince y Cohen
En nombre del comandante John Glenn y su tripulación, les damos la bienvenida al vuelo 2016 con destino al espacio infinito. Las tarjetas de embarque llevan impresos nombres y apellidos de ilustres personajes que nos han permitido disfrutar de muchos buenos momentos en la vida de aquí.
Mientras dure la travesía, podrán escoger entre la magnífica discografía de George Michael, David Bowie, Prince y Leonard Cohen, que se alternará con el violín de Neville Marriner y las composiciones para orquesta de Pierre Boulez.
Deben saber que el disco duro conectado a las pantallas de cada asiento contiene también la filmografía de Ettore Scola, Michael Cimino, Abbas Kiarostami, Andrezj Wajda, Gil Parrondo oEliseo Subiela.
LIBROS, DRAMATURGIA
El vuelo eterno permitirá burlar el espacio-tiempo para revisar la contundente obra literaria de Imre Kertész, Lars Gustafsson, Elie Wiesel o de Harper Lee (recuperarán ‘Matar a un risueñor’), incluso para recorrer la dramaturgia de Edward Albee o de Francisco Nieva. Tomen aire. De fondo, Bowie.que tuvo tan claro que emprendería esta singladura que envió un email de despedida a su amigo Brian Eno que firmó con el nombre de Dawn (Amanecer). Siempre envuelto en el misterio.
Como Prince. Solo el príncipe de Minneapolis podría confirmar, pese a la autopsia, qué cóctel de fármacos nos lo arrebató. Sonríe desde que se conoció que la muerte resucitó su música.
Encontraremos repantingado en un sillón trono a Fidel Castro, verde oliva, esgrimiendo un buen habano mientras espera el instante en que Dario Fo, autor de monólogos satíricos inolvidables, contenga la verborrea para colocarle un discurso. Atrás queda aquel convencimiento de que la historia le absolverá. Castro y Fo, dos enormes escenógrafos, revolucionarios de tantas palabras, en plena charla para la eternidad.
La melancolía bañará seguramente el encuentro de Muriel Casals yJosep Maria Ballarín, a los que imagino con las alas bien ganadas, mientras observan, como si no estuviera, al estrambótico Leandro de Borbón. Cuánta faena se perderá en tierra el peluquero de tan peculiares bigotes y barba.
La sonrisa del Procés, como definió Neus Tomàs a Muriel Casals, decía que una de sus aficiones era quedar para cenar con amigas y amigos y dedicar unas horas a conversar. Seguro que la dulce soberanista se apiadará del bastardo Borbón y le ayudará a no sentirse desplazado.
ENTRE CRUYFF Y ALI
A bordo se encuentran también dos personajes legendarios en la historia del deporte: Johan Cruyff y Muhammad Ali. El holandés quizá averigüe si, como le dijo una vez al periodista Edwin Winkels, «hay algo allí arriba», refiriéndose al más allá tras recordar aquel susto que le dio el corazón de tanto fumar y la muerte de su padre (a los 45 años de un infarto) y de su madre, una extraordinaria nonagenaria.
La aeronave es tan amplia que hasta hay un área para que el profeta del gol monte un rondo al que se suma otro ilustre del balonpié, Césare Maldini, mientras Ali, antes Cassius Clay, hace guantes con su sombra. El campeonísimo tiene fija en la mente a Rose Parks.
Aquella activista negra que se negó a ceder el asiento a un blanco emprendió el vuelo en el 2005. Su imagen forma parte de la galería icónica del siglo XX y enlaza con la de Gretta Zimmer, aquella enfermera que besa a un marino en Times Square, Nueva York, celebrando el final de la segunda guerra mundial. El beso.
La bandeja de los besos la portará Zsa Zsa Gabor, que ha llegado al embarque a última hora, tan cerca de haber superado los 99 años. Quizá ahora, después de nueve matrimonios, nueve, la seductora actriz encuentre al multimillonario amable y atento que siempre soñó. El mejor candidato, por lo del dinerísimo, es Bhumibol Adulyadej, nonagenario rey de Tailandia también conocido como el Grandioso.
DE WILDER A LAMPREAVE
La nómina de gente del espectáculo es notoria en el vuelo 2016 con destino al espacio infinito. No se aburrirán, no, cuando Gene Wilder les atrape la atención imitándose a sí mismo en ‘El jovencito Frankenstein’. Imaginemos una escena del absurdo entre la enorme Chus Lampreave, Nancy Reagan y George Kennedy. Dos actrices de altura y un actor al que recordamos desencorbatado o con uniforme de policía.
Carles Flavià, que se nos fue por la noche, les interrumpiría, seguro, porque habrá encontrado mucha punta a la charla que mantienen el israelí Simon Peres y el egipcio Butros Gali.
FLAVIÀ, BARBERÁ, LA VENENO
Para añorar a Flavià hay que recuperar el retrato de Rafa Tapounet: «Mánager de artistas, empresario de locales nocturnos, monologuista iconoclasta, actor de vocación tardía, hombre espectáculo integral y maestro de la irreverencia anclada en una profunda comprensión del alma humana, si es que tal cosa existe. Sacerdote de parroquia obrera, perdió la fe y colgó los hábitos en 1982. De Peres y Gali, el excura exprimirá para gozo de las viudas de Pepe Rubianes la caprichosa coincidencia de Rita Barberà y La Veneno.
La alcaldesa de València agita las rocas de hielo en el vaso largo de whisky, chasquea mientras conversa con el enorme transexual. Ninguna acaba de aclarar qué se las llevó para alcanzar este tránsito. A Barberá le encaja bien aquel refrán tan español de “entre todos la mataron y ella sola se murió”. El ripio no le gustará a José María Aznar. ¿Y a Mariano Rajoy? Quién sabe.
Atentos a la megafonía con este aviso para satisfacer los sentidos: Por fin se comerá excelente en un avión. El catering corre a cargo de la maestra Mey Hofmann y lo tarareará en cada servicio Elena Santoja, siempre con las manos en la masa.
(De Hofmann, Pau Arenós escribió para que no la olvidemos: «Trascendió el oficio porque fue maestra: no solo cocinó (y muy bien) sino que enseñó (y muy bien). Treinta y cinco años al frente de la escuela y miles de alumnos repartidos por el planeta. Las simientes, que en la naturaleza vuelan empujadas por el viento, y en el mundo profesional, en avión»).
EL ASTRONAUTA Y EL AVENTURERO
El comandante John Glenn, leyenda del espacio, sabe mucho de cómo orbitar sobre los planetas. Los hizo sobre la Tierra. Si surgen dudas en la navegación cuenta con Miguel de la Quadra Salcedo, el aventurero con aire de San Francisco Javier que nunca se separa de su jabalina.El libro de citas de este vuelo al infinito comienza con la que le arrancó Juan Fernández al impulsor de la Ruta Quetzal: «El elixir de la eterna juventud está en la curiosidad».
La tripulación tiene como sobrecargo a Emma Cohen, sin el plumaje de la Gallina Caponata. Nadie como la compañera de Fernando Fernán Gómez para alegrar un viaje, para que cada jornada sea una fiesta. Como una Sigrid posmoderna para un capitán Trueno llamado en realidad Víctor Mora, el escritor, traductor y guionista que dejó miles de huérfanos, agotado tras dos décadas de lucha titánica contra enfermedades que se le iban encadenando.
Que el Capitán Trueno fuese el primer piloto de globo aeroestático de la historia es otra de las metáforas de esta singladura espacial.
CRÓNICA PERIODÍSTICA
Los periodistas Ignacio Carrión, Pilar Casanovas e Ivan Tubau levantarán acta de tamaña singladura. Todo quedará capturado por la cámara del fotógrafo Jaume Mor, al que añoran en el estado de Jalisco, México, y en el barrio barcelonés del Poble Nou.
Feliz ruta al vuelo 2016, con destino al espacio infinito. 'Flying Times'.
Agradecimientos por orden de aparición: Jordi Bianciotto, Juan Manuel Freire, Ricardo Mir de Francia, Quim Casas, Rafa Tapounet, Nando Salvà, Elena Hevia, Idoya Noain, Albert Garrido, Neus Tomàs, Ernest Alós, David Torras, Adrián Foncillas, Joan Guillén Garfias, Olga Pereda, Ana Alba, Joan Ollé, Pau Arenós, Juan Fernández, Pepe Encinas, Agencia Efe, diarios El País y El Mundo, y Youtube.