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60º CUMPLEAÑOS DE UN ICONO DEL GLAMUR

Carolina de Mónaco, bajo la lupa de los cronistas

Barrientos, Peñafiel, Villacastín, Enríquez, Mariñas y Lozano trazan el perfil de la princesa

Carolina de Mónaco posa el día de su 50º cumpleaños, el 23 de enero del 2007.

Publicado por
MIREYA ROCA
León

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A pesar de que siempre ha hecho lo que le ha dado la gana, Carolina de Mónaco, durante años la reina del papel cuché, es venerada  y respetada por los cronistas de la realeza de nuestro país.

Para Paloma Barrientos, "fue la novia de Europa". "Sus locuras la convirtieron en la primera dama que escandalizó a las mentes pensantes. La perspectiva que da el tiempo muestra que su juventud fue mucho más brillante que la de sus hijos, pero ahora es una abuela feliz que sigue casada con Ernesto de Hannóver para seguir siendo alteza real", añade Barrientos, que subraya que "como princesa de Hannóver ostenta un rango más elevado que como princesa de Mónaco".

PINCELADA DE GLAMUR Y ELEGANCIA

Barrientos, actualmente directora de la División Vanitatis dentro de ‘El Confidencial’ y miembro del nutrido equipo de colaboradores de Tele 5, considera que, a sus 60 años, Carolina es una mujer que "ha sabido vivir y que dio a la realeza una pincelada de glamur y elegancia que ahora no hay". "Hoy es la abuela de Europa y sigue siendo la reina de las portadas del corazón", remacha.

Jaime Peñafiel también tiene mucho que contar sobre la princesa. "Carolina ha sido una constante en mi vida. Entrevisté en varias ocasiones a su madre, la princesa Grace Kelly, asistí a su nacimiento y a su matrimonio con Philippe Junot, una boda triste, que se celebró contra el deseo de sus padres", explica, y a modo de anécdota cuenta que, cuando Tessa de Baviera felicitó a Rainiero por el enlace de su primogénita, el príncipe, que en toda la ceremonia no se sacó las gafas de sol para que no le vieran las lágrimas, le dijo: "Más que felicitarme, tendrías que darme el pésame".

El periodista, defensor ferréo de la elegancia y la discreción de Grace Kelly, revela que los escándalos protagonizados por sus dos hijas,Carolina y Estefanía, amargaron la vida a su madre. "Grace era muy digna. Por pertenecer a la industria de Hollywood, fue boicoteada por las casas reales europeas", cuenta, y rememora que, cuando Grace regañaba a su hija mayor, esta le decía: "Mamá, que esto no es Hollywood’.

"Grace se encargó de negociar la separación de su hija con Junot e inmediatamente después solicitó la anulación canónica de ese maldito matrimonio, que se concedió cuando ella ya había fallecido", atestiguaPeñafiel.

 

VAIVENES EN EL CAMINO

Pese a todo, considera que "la vida de Carolina ha sido fantástica", aunque con vaivenes. "Tras su primera boda se convirtió en una mujer divorciada, después se 'rejuntó' con varias parejas y durante mucho tiempo gozó de una situación jurídica muy complicada", detalla el periodista granadino, que termina diciendo:"60 años es una hermosa edad, que Carolina lleva con dignidad. A pesar de que no ha aceptado la imposible convivencia con su tercer marido, Ernesto de Hannóver, hoy es una joven madre y abuela".

Muy distinta es la opinión de Rosa Villacastín, que asegura que la rebeldía de Carolina quizá se debió a que la familia no era tan idílica como parecía de puertas afuera. "Grace Kelly no era una mujer dulce ni comprensiva, tampoco era la princesa ideal", dice, y añade: "Carolina se casó con Junot, un chulo, para escapar de una existencia encorsetada". "Después recondujo su vida con el padre de sus hijos, pero le duró bien poco la felicidad y sin darse cuenta se convirtió en la viuda de Europa", prosigue.

La periodista, escritora y tertuliana televisiva considera que la vida de Carolina llegó a la cumbre cuando se casó con el príncipe de Hannóver. "No eligió a la mejor persona, le dio el estatus un señor que era un borracho", apostilla. "Ahora vive una etapa calmada. Disfruta de los hijos, de los nietos, de una cierta madurez que le lleva a seguir siendo la primera dama del principado". Y como colofón, Villacastín subraya que la boda de Alberto con Charlène es un "paripé" y que las dos hermanas, Carolina y Estefanía, a diferencia de su hermano, son "pura pasión: una en versión elegante, y la otra, en estilo macarra".

Para la periodista Amalia Enríquez, "solemos darnos cuenta de que el tiempo pasa cuando vemos que cumple años la gente que queremos o aquella a la que admiramos". "Cuando alguna de esas personas tiene una gran exposición mediática, es imposible obviar su cumpleaños y con él se acumulan los recuerdos que nos genera", afirma.

UNA VIDA LOCA

"Su madre quería para ella el que luego se convirtió en su tercer marido, Ernesto de Hannóver -asegura-, pero a la joven princesa le gustaba la vida loca y la vidilla que le daba ese 'playboy' francés". Su matrimonio duró un suspiro. "La felicidad de verdad, esa que todas buscamos para completar nuestra vida emocional, la vivió con Stéfano Casiraghi, un italiano guapo, educado y deportista con el que formó una familia de película, que tuvo un final infeliz y trágico".

"Ahora entra en una nueva década plena de madurez, con unos hijos ya criados y disfrutando de la felicidad que aporta ser abuela. Fue una rebelde con causa que ha sucumbido al placer del anonimato, a la vida alejada de los focos y de los posados palaciegos. Ella, que tantas portadas protagonizó, vive dedicada a los pequeños placeres cotidianos, aquellos en los que nunca reparó en su etapa de vida distraída", agrega.

"Carolina es lo más noble que hay en Mónaco. Es un ejemplo de cómo superar obstáculos manteniendo siempre la dignidad", dice Jesús Mariñas. La recuerdo en los torneos de Copa de Tenis en Montecarlo, que organizaba Javier de la Rosa, cuenta Mariñas. "En uno de ellos, Carolina se acaba de casar con Junot, y se esforzaba por aparentar normalidad en un matrimonio de postín, pero ella hábilmente ha superado las tragedias y las contrariedades de la familia que parece maldita y que siempre ha sido el hazmerreír de las dinastías europeas", sostiene Mariñas.

El periodista gallego recuerda que habló un par de veces con Carolina en la Expo de Sevilla, en el 92, y que no tiene nada que ver con su hermano, que "tiene que ser llevado a la matanza del cerdo", opina Mariñas.

Para Lydia Lozano, Carolina de Mónaco es la primera y auténticareina de corazones. "El principado era 'jet-set', elegancia, pero Carolina rompió moldes en todos los sentidos. Su etapa con Casiraghi fue la más feliz de todas. Estaban enamorados y sus tres hijos parecen salidos de la película 'Una habitación con vistas’. Carlota sigue la estela de su madre, mientras el resto sigue el modelo del cuento con final feliz". Sin embargo, Lozano opina que lo peor que ha hecho en su vida Carolina fue casarse con Ernesto de Hannóver, unimpresentable y borracho que le ha llevado a vivir situaciones muy bochornosas".

La colaboradora de ‘Sálvame’ se describe como una fiel seguidora de Carolina. Incluso confiesa que uno de sus sueños es entrevistarla algún día. Y recuerda que "fue la primera princesa a la que se fotografió en toples en un barco, con Junot, y también la primera que dio una entrevista descalza en su cocina", concluye.