ENTREVISTA CON MALENA ALTERIO
"La tele es un gimnasio, un entrenamiento diario, donde uno se prueba"
La actriz argentina es el contrapunto de Javier Gutiérrez en la serie de Movistar+ 'Vergüenza'
A Malena Alterio (Buenos Aires, 1974), hija y hermana de actores, le gusta pasar desapercibida. Gracias a 'Aquí no hay quien viva' (A-3), alcanzó notoriedad, aunque su oficio le venía de lejos. En la serie de Movistar+ 'Vergüenza' interpreta a Nuria, pareja del inclasificable Jesús (Javier Gutiérrez), con el que mantiene una relación agridulce.
¿Nuria es una superviviente? Es una mujer que no tiene mayor pretensión que ser normal, con un marido, hijos y padres normales. Lo que ocurre es que todo esto le está costando, porque los guionistas son muy perros y hacen que esta tarea se dificulte [ríe].
'Vergüenza' se gestó hace ya un tiempo... Hicimos un episodio piloto hace ocho años que empezó a dar vueltas y vueltas y a tener novios, pero, por avatares de la vida o porque no entra en ningún formato, no consigue ninguna cadena. Hasta que, afortunadamente, aparecen estas plataformas nuevas que apuestan por proyectos diferentes de 30 minutos y algo de autor. Tienen una cabeza privilegiada y auténtica. Y eso es lo que me apasiona de ellas: no se venden al público, sino que parten de algo que quieren contar de una forma muy personal, única e irrepetible.
¿Por el hecho de ser este tipo de canal de difusión, usted se siente más segura? Yo siempre he sido bastante insegura; llevo la inseguridad conmigo y eso es algo que siempre me atormenta; pero sí es cierto que aquí no eres tan esclavo. Movistar no ha dicho nada acerca de los guiones ni se ha entrometido en la dirección. En otras cadenas, como TVE, tienes que ir con más cuidado y cautela, y no se puede decir o hacer cualquier cosa, porque es pública. En ese sentido, aquí hay mayor libertad.
¿Usted es vergonzosa? Sí, mucho. Vergonzosa e insegura, pero soy sincera [ríe].
¿Y cómo lleva el sentido del ridículo? Fatal. Como soy tímida, hago alguna huida hacia adelante y, a veces, la cago más que arreglarlo.
¿Aguantaría a un tipo como Jesús de pareja? No. Es una suma de situaciones que han vivido los directores y que están constreñidas en el personaje de Jesús. Y es tremendo, porque son muchas juntas.
¿Malena Alterio ha aportado alguna experiencia propia? Me he visto reflejada en situaciones que son cotidianas y muy reconocibles, que nos han pasado a todos.
Había coincidido con Javier Gutiérrez en cine y teatro. ¿Cómo ha sido la experiencia en la tele? Estoy aprendiendo mucho de él, porque tiene una entrega fuera de lo normal; es un apasionado y un amante de su trabajo. Lo da todo. Lo interesante de él es que tiene la parte técnica y el oficio, porque sabe dónde se tiene que parar y dónde mirar, y también es muy pasional. Las dos cosas juntas hacen que sea muy buen actor.
¿Cómo valora el nivel de la ficción en España? Dadas las circunstancias, hay cosas que me interesan y me gustan, pero siento que vivimos muy esclavos de las audiencias y del dinero; sobre todo las cadenas, que hacen y deshacen de manera bastante impune. A veces, reforman los proyectos, que están muy supeditados a contentar a todo el mundo, y no dan tiempo a que las cosas cuajen. Pero también entiendo que la televisión es un negocio. Uno tiene la idea romántica de que vas a crear algo, pero en el fondo hay siempre una cuestión económica.
En cambio, la tele ha perdido ya el estigma de patito feo. Para mí, la tele es un gimnasio, un entrenamiento diario, donde uno se prueba y se mide. La cuestión es aprender y seguir formándote. Antes había más separación entre los actores de cine, los de teatro y los de tele, y ahora estamos más mezclados. Por suerte, podemos tocar varios palos y no quedarnos en uno. Me hace mucha gracia cuando nos comparan con EEUU: si tuviéramos los presupuestos de allí, otro gallo nos cantaría. Aquí se trabaja muy rápido y no hay dinero.
¿Se ha sentido alguna vez maltratada por alguna cadena? Ahí está, por ejemplo, 'El hombre de tu vida', que TVE canceló. Fue un poco duro, porque uno pone mucho trabajo y hay muchas ilusiones. Entiendo que una cosa que tú hagas no guste, pero la forma de exhibirlo… Parece que no hubieras hecho nada. Más allá de que la serie gustara o no, o estuviera bien hecha, había mucho trabajo detrás. Y la cancelación fue fulminante. Eso me dejó un poco de piedra y triste.
¿Qué le debe al personaje de Belén de 'Aquí no hay quien viva'? ¡Uy!, casi todo. Hasta entonces era una actriz que había hecho cositas de teatro y cositas de cine; no tenía popularidad. Gracias a ella, he tenido acceso a otro tipo de trabajos.
¿La gente todavía la recuerda? Sí, y muestra un cariño increíble. La serie fue un fenómeno social que está en el recuerdo de toda una generación. El público te lo agradece y te dice que se lo sigue pasando muy bien; hay generaciones que todavía ven la serie ahora.