MATERNIDAD EN EL DEPORTE
La desgarradora respuesta de Azarenka al ser preguntada por las dificultades de volver al tenis tras ser madre
La deportista lleva dos años luchando por la custodia de su hijo y renunciando a viajar para no perderlo. "Lo estoy pasando mal. Necesito tiempo, paciencia y ayuda"
La maternidad en el deporte supone un antes y un después en la carrera de las mujeres. Y no precisamente por el físico, que recuperan con mucha velocidad, sino por el entorno que se encuentran cuando vuelven a la competición: pérdida de su posición en ránkings y continuos viajes con los que la conciliación se complica.
El tenis es precisamente uno de los deportes que más ha dado que hablar en estos últimos meses. Las reivindicaciones de Serena Williams y Victoria Azarenka han dado sus frutos, y recientemente la WTA ha adaptado sus normas para que las tenistas no pierdan su posición en el ranking, facilitando durante tres años su acceso a la competición al más alto nivel.
Pero aunque la norma acaba de cambiar, ya ha tenido repercusiones en las carreras de muchas deportistas. Es el caso de Victoria Azarenka, que tras ser madre en 2016 solo ha podido disputar un Grand Slam. El motivo, la lucha por la custodia de su hijo Leo, motivo por el que no podía volver al ritmo de competición y viajes de este deporte.
La ex número uno del mundo se derrumbó esta semana al caer derrotada en las primeras rondas del Abierto de Australia. En una dura rueda de prensa, la actual número 53 del mundo no pudo contener la emoción al ser preguntada por el reto de la maternidad y las dificultades de estos dos últimos años.
Se trataba de la última pregunta de la rueda de prensa, y Azarenka necesitó varios segundos para asimilar la pregunta y reaccionar con mucha angustia. Incluso la jefa de prensa del torneo le propuso terminar ahí la comparecencia. "Está bien", le respondía ella. Solo necesitaba un pequeño respiro para contar lo que había guardado durante dos años.
"He pasado por muchas cosas en mi vida. A veces me pregunto por qué, pero creo que me hará más fuerte. Quiero creerlo así y voy a trabajar para ello. Solo necesito tiempo, paciencia y algo de ayuda. Eso es todo".
LUCHA POR LA CUSTODIA DE SU HIJO
Su historia se remonta a 2016. Poco después de tener a su hijo Leo Alexander se separó del padre, el jugador de hockey Billy McKeague, iniciando una dura batalla por la custodia del bebé. Un juez decidió que el pequeño debía permanecer en la residencia de Los Angeles (California), por lo que ella tenía que decidir si seguir con su carrera deportiva, con viajes prácticamente semanales, o quedarse.
Decidió que su hijo era más importante: "La única forma en la que puedo jugar es si dejo a Leo en California, y es algo que no pienso hacer", dijo en su momento. "Tener un equilibrio entre el cuidado y la carrera no es fácil para ninguna madre, pero es un desafío que estoy dispuesta a enfrentar".
Desde entonces, apenas había disputado un Grand Slam, en Wimbledon, y algunos torneos del circuito femenino que le permitieran mantenerse cerca de la competición, pero muy lejos del nivel que tenía antes de ser madre, cuando venía de ser número 1 en el ranking WTA y ganadora en dos ocasiones del Abierto de Australia.