MÚSICA
Pastora Soler: "Soy baladista y quiero defenderlo, no irme a modas"
Vuelve con "Sentir", "su mejor disco" según una opinión muy extendida en redes tras descubrir nuevos colores en su voz y exprimir el resto de la paleta que la ha hecho brillar en sus 25 años de carrera
Embarazada de seis meses, con lo que supone eso de "estar receptiva a muchas cosas", Pastora Soler vuelve con "Sentir", "su mejor disco" según una opinión muy extendida en redes tras descubrir nuevos colores en su voz y exprimir el resto de la paleta que la ha hecho brillar en sus 25 años de carrera.
"Al final uno no hace los discos para sí mismo, sino por lo que la gente quiere de ti... Y lo que busca en mí es la balada", destaca la artista ante el género que arma su duodécimo álbum de estudio, aunque "apenas suene ya en las radios y suponga ir contracorriente del reguetón". "Pero yo soy baladista y ahora más que nunca quiero defender eso, no irme a las modas", ratifica en una entrevista con Efe.
No es que esté en contra del actual fenómeno latino, precisa. De hecho, ella misma acaba de coescribir un reguetón "que está superbien". "Pero no lo veía en este momento", aclara la sevillana, quien en un futuro próximo lo que se ve grabando es "un disco sinfónico".
Hasta entonces, el público disfruta ya de "Sentir" (Warner Music), un "parto tardío" que ha tardado 10 meses en gestar con la ayuda del productor Pablo Cebrián, el mismo que dio forma al previo "La calma" (2017), y con la pluma de compositores como Vega (autora del tema que da título al álbum), Vanesa Martín o Tony Sánchez-Ohlsson (el del eurovisivo "Quédate conmigo" o "La tormenta").
"Lo que más tiempo me lleva es el repertorio. Cada vez me exijo más en lo que quiero contar, que las canciones conecten conmigo y con mi momento personal", destaca la artista nacida María del Pilar Duque (Coria del Río, Sevilla, 1978).
Inesperadamente reflejada se ha visto sobre todo en "Al fondo a la izquierda", una sorpresa de última hora que no la convenció de primeras. "Cuando me lo enseñaron dije que era precioso, pero que era para cantarlo embarazada. ¡Y lo curioso es que lo estaba y no lo sabía!", relata entre risas a la espera de su segunda hija.
Esa circunstancia, lejos de convertirse en un obstáculo, la ha ayudado a ver las cosas de otra manera. "Antes pensaba que no me podía quedar embarazada porque suponía pararlo todo y que siempre la carrera está por delante. Pero aquí fue al contrario: 'Si sucede, ya veré lo que hago'. Y al final todo se puede compaginar", valora.
Hay mucho de ella tanto en ese tema como en el sencillo "Aunque me cueste la vida", compuestos junto con David Santisteban. Aún así, Soler sigue defendiendo sobre todo su faceta de intérprete.
"Esa es una lucha importante. El intérprete es como alguien menos importante respecto al cantautor. La gente te dice: 'Tienes que escribir, porque ahí es donde está el dinero', porque para nada se recibe lo que el autor, aunque cuando cantas lo haces tuyo. Pero yo me niego a que por cobrar derechos de autor mi repertorio sea más normalito", señala.
En este álbum aparecen además compositores que nunca habían trabajado con ella, como Conchita, autora de "Mi luz", en el que la artista se descubre en un tono casi lírico. "Fíjate si llevo años, pero hay registros en mi voz que he descubierto en este disco. Yo, que había huido del falsete, mira, ¡no me queda mal!", comenta entre risas.
Mientras el diafragma le dé de sí ("ya lo tengo muy arriba", dice señalando su barriga de embarazada), su intención es grabar algunos acústicos con cuatro o cinco temas y en mayo iniciar de manera gradual una gira que coja toda su velocidad en octubre de 2020. EFE