Alves solo pide perdón a su mujer y no a la víctima de la presunta violación
"Hasta ahora se ha explicado un relato muy asustadizo de miedo y de terror, que nada tiene que ver con lo que pasó ni con lo que yo hice", asegura el futbolista.
Dani Alves ha roto su silencio. Hasta ahora, se conocía su versión a través de sus declaraciones ante la jueza o en los escritos de su abogado. Cambió cuatro veces de versión. El futbolista niega la acusación de agresión sexual que pesa sobre él y por la que lleva en prisión desde el 20 de enero. "Hasta ahora se ha explicado un relato muy asustadizo de miedo y de terror, que nada tiene que ver con lo que pasó ni con lo que yo hice", afirma en La Vanguardia. Está en prisión provisional. Hasta en dos ocasiones, la jueza de instrucción y más tarde la Audiencia de Barcelona han rechazado la petición de su abogado de dejarle en libertad.
Desde el penal barcelonés de Brians 2, el futbolista asegura que ha concedido una entrevista "para pedir perdón a la única persona" a la que tiene que pedir perdón, que es a su mujer, Joana Sanz. "Ya le pedí perdón personalmente aquí, en prisión, pero debo hacerlo públicamente, porque la historia es pública, la ofensa es pública y ella merece esas disculpas públicas", asegura. A la presunta víctima, por tanto, no le pide perdón.
Según su versión, no la agredió sexualmente tal y como mantiene la joven de 23 años. El ex de Sevilla, Barcelona, Juventus y PSG sostiene que es inocente y que pactó previamente con la chica que tendrían relaciones sexuales en el baño del reservado de la discoteca Sutton de Barcelona el pasado 30 de diciembre. "Todo lo que pasó y no pasó allí dentro solo lo sabemos ella y yo", afirma. Ella asegura que la golpeó y que la violó en el interior del lavabo.
La investigación del caso está en su última fase, ya finalizada. Se habla incluso que el juicio podría celebrarse en otoño de este año. El futbolista insiste en que hubo sexo consentido y la chica desde el primer día dice todo lo contrario, que fue violada. Entró en el reservado. Al ver que era un baño, quiso salir. Alves la encerró, según su relato. Se sentó en el retrete y se la puso encima por la fuerza, mantiene la víctima. Ella pidió que parara y que la dejara marchar. La tiró al suelo, la agarró del cuello, la abofeteó, la puso contra el retrete y la violó. Salió llorando del baño. "Yo no la vi. Si la hubiera visto llorar me hubiera detenido para preguntar qué pasaba", afirma en la entrevista. "Si algún responsable de la discoteca me hubiera pedido que me esperara porque una joven aseguraba que yo le he había agredido sexualmente, yo no me voy a casa. Esa misma noche me presento en una comisaría", señala.
Alves asegura que aquella noche durmió tranquilo y que de lo único que se arrepiente es de haberle sido infiel a su mujer. "Salí del Sutton tranquilo. Llegué a mi casa. Me duché porque mi mujer ya dormía y me avergonzaba de la infidelidad", apunta. Se enteró de la denuncia a través de los medios de comunicación. "Llamé por teléfono a mi abogada, Miraida Puentes. Ella consultó con los Mossos y en los juzgados y me aseguró que no había ninguna denuncia y que podía viajar y salir de España con total tranquilidad. Por eso me fui", remata.