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Así es el tratamiento "ético" de Tamara Falcó para ser madre

-Es un método natural que surgió hace 30 años en Estados Unidos y en el que no hay ningún tipo de manipulación de embriones ni se usan hormonas

Tamara Falcó. EFE

Publicado por
Trinidad Rodríguez | 20 Minutos
León

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La socialité Tamara Falcó ha llenado estos días cientos de páginas del papel couché. No ha dejado de acaparar titulares desde que le dio otra oportunidad al que ya es su marido Íñigo Onieva .

Si hace sólo dos semanas lo hacía con la portada de su boda con Ïñigo Onieva en ¡Hola!, ahora lo hace con la segunda entrega de la revista en la que confiesa su deseo de quedarse embarazada a punto de cumplir los 42 años.

Preocupada por su reloj biológico, lo cierto es que la marquesa de Griñón ha negado que se haya sometido a un tratamiento de fertilidad, puesto que quiere tener familia por "la gracia de Dios", aunque reconoce que desde hace unos meses está siguiendo un método "para medir" su cuerpo y asegurarse "de que está bien". 

En concreto, está sometiéndose a un tratamiento de fertilidad natural llamado naprotecnología en la clínica Fertilitas. La hija de Isabel Preysler explica que se trata de un tratamiento natural y que como tal, supone que "tardará un tiempo, aunque es laborioso, es un proceso muy bonito", ha declarado.

Íñigo Onieva y Tamara Falcó. EFE

Esta innovadora terapia de origen estadounidense, bajo el nombre de naprotecnología o medicina restaurativa de la fertilidad, propone soluciones para lograr la concepción a "matrimonios que viven situaciones de esterilidad o infertilidad", según detalla la asociación Naprotec en su página web .

Qué cuestiones éticas implica

Esta terapia ofrece una alternativa a las técnicas de reproducción asistida, como la inseminación artificial y la fecundación 'in vitro', que no cuentan con el beneplácito de sectores más religiosos y conservadores. El motivo radica en que desvinculan el acto sexual de la concepción del bebé y, por tanto, no las consideran naturales. 

Este método surgió en Estados Unidos hace alrededor de 30 años y desde hace poco más de cuatro años se hizo popular en España entre las personas que, por cuestiones morales o religiosas, prefieren no someterse a tratamientos de fertilidad en los que intervenga la manipulación de embriones o el uso de hormonas.

Una de las imágenes con la que se promociona este tipo de tratamiento. NP

Los riesgos 

El principal es precisamente el poder tenerlos, la fertilidad. La reserva ovárica empieza a descender y los óvulos a perder calidad a partir de los 35 años. La dependencia de los tratamientos de fertilidad es el principal riesgo asociado a una maternidad tardía.

Estos tratamientos además son menos eficaces a mayor edad. Según el libro 'Ser madre a los 40 (y más allá)', escrito por los expertos del Hospital Universitario Dexeus Marta Devesa, Alberto R. Melcón y Anna Veiga, ya a partir de los 40 o 41 años su eficacia se reduce hasta un 15 o 18%.

Asimismo, más allá de los problemas de fertilidad, las mujeres que afrontan su primer embarazo con más de 35 años, tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes gestacional y tener trastornos hipertensivos (preeclampsia y eclampsia) o desprendimiento de placenta, aunque el exhaustivo control al que se someten minimiza mucho estos riesgos.

También hay más posibilidades de tener abortos espontáneos, tres veces más según datos del hospital Universitario La Fe de Valencia, y embarazos múltiples, que a su vez implican nuevos riesgos.

En cuanto a los niños, hay más riesgos de prematuridad, complicaciones en el parto, retrasos en el crecimiento o anomalías cromosómicas. También aquí a cada año que pasa el seguimiento de los profesionales de la salud da más garantías.

Los doctores Devesa, Melcón y Veiga también destacan en su libro que la biología juega en contra de aquellas mujeres que quieren tener hijos con más de 35 años y que "no todas las mujeres son conscientes hasta qué punto descienden las posibilidades de tener un hijo en edades más avanzadas".