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La Policía tailandesa halla en el móvil de Daniel Sancho amenazas de muerte de Edwin Arrieta

La familia del chef español transmite sus condolencias a la de Edwin Arrieta, que clama justicia por el crimen

Exteriores de la prisión de Koh Samui, en Tailandia, donde se encuentra Daniel Sancho. RAMÓN ABARCA / EFE

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COLPISA

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La policía tailandesa ha encontrado en el teléfono móvil de Daniel Sancho amenazas de muerte de su víctima, el médico al que descuartizó, Edwin Arrieta. Según desvelaron fuentes próximas a la investigación, el médico amenazó a Sancho con matarle si daba por terminada la relación sentimental que mantenían. Estas intimidaciones forman parte del intercambio de mensajes que mantuvieron víctima y asesino, y que la Policía está investigando. Anteriormente, la prensa local ya informó que en uno de esos mensajes Arrieta amenazó a Sancho con publicar fotos comprometedoras si cesaba la relación sexual que mantenían desde hace un año. En la declaración policial, Sancho afirmó que la insistencia del médico en mantener sexo le hizo perder la cabeza y golpearle. Posteriormente, le descuartizó.

El terrible relato de este caso que ha dejado a dos familias rotas lo conocemos gracias a los medios de comunicación locales, a la flexibilidad de la policía tailandesa y a las declaraciones del propio Daniel Sancho que confesó haber causado la muerte Edwin y  sentirse "rehén" del médico. "Era una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho", dijo al declararse culpable. De hecho, envió un mensaje a su novia, con la que mantenía una relación de cinco años: "Que sea feliz y siga con su vida", dijo. "Ella no me va a esperar ni debe", reflexionó. El joven de 29 años tuvo en todo momento acceso a su teléfono móvil antes de su entrada en prisión y también escribió un mensaje a los suyos en les que pedía perdón. "Siento que estéis teniendo que ser de esas personas que sufren esto. Me estaba amenazando tanto a mí como a mi familia. Algún día sabréis toda la verdad", decía el mensaje. "Suficientes evidencias" Más allá del posible móvil y de la confesión, la Policía ha dejado claro que "hay suficientes evidencias " para acusar a Daniel "de asesinato premeditado", según indicaba el jefe de la investigación de la comisaría de Koh Pha Ngan, Somsak Nurod, aunque todavía no se han encontrado todas las partes de cuerpo del médico.

Mientras tanto, la familia de Daniel Sancho sigue a su lado a la espera de que empiece el juicio  y ha remitido un nuevo comunicado en el que transmite sus condolencias por la pérdida de cirujano colombiano. "Sentimos mucho el fallecimiento de Edwin y acompañamos en el sentimiento a su familia", han indicado en el comunicado difundido ayer. En el texto agradecen el interés de la prensa y explican que no pueden hacer declaraciones "para no inmiscuirnos en la investigación y para respetar el momento tan doloroso que estamos viviendo ambas familias en esta terrible situación que nos ha tocado vivir". Desde el principio, la familia de Sancho se ha movido con la mayor discreción a pesar de la relevancia que ha tomado el caso dada la popularidad de su padre, Rodolfo Sancho, y de su abuelo, Sancho Gracia, conocido especialmente por encarnar al bandolero Curro Jiménez en la serie de televisión. Apenas se han dirigido a los medios y solo través de otro comunicado solicitaban "el máximo respeto" para su hijo y para toda la familia "en estos momentos delicados y de máxima confusión", al tiempo que pedían que no se hiciera ningún tipo de "juicio precipitado".

 

Rodolfo Sancho viajó de urgencia el fin de semana a Tailandia donde está a la espera de poder ver a su hijo una vez pasen los diez días de aislamiento. Por su parte, la familia de la víctima clama justicia, aunque han dejado claro que, "definitivamente, no queremos acceder a la pena de muerte porque la familia es muy religiosa, muy creyente en Dios". "No es el camino. Pero sí queremos una pena ejemplar, puede ser incluso la cadena perpetua", ha dicho. Una pena que quieren que cumpla en Tailandia y no en España. El padre de Edwin, Leobardo Arrieta, también ha roto su silencio para pedir los restos de su hijo a los que quiere dar sepultura. "Estoy mal, me han quitado la vida. Él era quien me sostenía a mí. Mi hijo era muy noble, todo el mundo lo quería", ha recordado. "Que me lo traigan aquí, aunque sea un pedacito de mi hijo", ha pedido al tiempo que exigía "que se haga justicia".