La agencia de la actriz Susan Sarandon rompe su contrato por defender a Palestina
La furia de Hollywood ha dejado también a la intérprete Melissa Barrera sin su papel en la película 'Screen VII'
Hollywood está vigilando a sus estrellas. Lo hace a través de las redes sociales, que en estos tiempos convulsos en los que la élite judía exige lealtad se han convertido en la espada de Damocles que acaba con muchos empleos. Esta semana lo ha hecho con los de las actrices Susan Sarandon y Melissa Barrera, por pronunciarse en contra de la masacre palestina.
No hacía falta mucha imaginación para saber de qué lado estaba la protagonista de filmes tan conocidos como 'Thelma y Louis' o 'Dead Man Walking'. La intérprete, cuatro veces candidata al Óscar, es conocida por su activismo de izquierdas en favor de todas las causas justas. Fue una crítica aguerrida de la invasión de Irak, se manifestó con los igualmente veteranos Jane Fonda y Tim Robbins en las calles de Washington para demandar la retirada de las tropas, ha hecho películas contra la pena de muerte y es embajadora de buena voluntad de UNICEF, entre otras muchas causas. Por eso la firma United Talent Agency no debería haberse sorprendido de que la semana pasada tomara el micrófono durante una concentración en Nueva York contra los bombardeos sobre la Franja de Gaza. Sarandon pidió a los manifestantes que fueran "fuertes y pacientes" y tuvieran "el valor de hablar". También dio las gracias a la comunidad judía "que nos guarda las espaldas", pero levantó sus criticas cuando dijo que muchos judíos en Estados Unidos "están teniendo ahora una muestra de lo que se siente siendo musulmán en este país, sufriendo ataques de violencia".
A esa frase se ha agarrado la agencia que la representa desde 2014 para acusarla de antisemitismo y romper su contrato. Sarandon también había retuiteado un mensaje propalestino de Roger Waters, cantante de Pink Floyd, quien también ha sido acusado de antisemitismo por hablar en contra de la masacre israelí en Palestina. "Eso es ridículo", refutó el músico, "me he pasado la vida hablando en contra del autoritarismo y la opresión donde quiera que la veo". En su defensa recordó que sus progenitores lucharon contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial, donde su padre pagó "el último precio". En su casa se hablaba constantemente de Anne Frank, "como recordatorio de lo que pasa si el fascismo se deja correr".
"Una patología" Pero sus palabras no impidieron que movimientos sociales como 'Never Again' llenaran las redes con fotografías de Sarandon y Waters abrazados, como ejemplo de que "el antisemitismo no es exclusivo de perdedores amargados", decía un tuit. "Es simplemente una patología que consume la vida interna de los que sufren y, desafortunadamente, no tiene cura conocida". La actriz se ha defendido asegurando que mucha gente no tiene ni idea de lo que pasaba en Palestina antes de la matanza perpetrada por Hamás el 7 de octubre pasado. Un hecho similar le ha costado también el trabajo a la intérprete Melissa Barrera, quien iba a actuar en la película 'Scream VII' hasta que el martes pasado la productora Spyglass la despidió abruptamente por haber dicho en las redes sociales que los medios occidentales "solo muestran la versión de Israel". A eso ella añadía "no necesitamos más odio, ni islamofobia ni antisemitismo", pero el apéndice no la excusó. El mes pasado, la codirectora de la agencia Creative Artist Agency tuvo que dimitir del Consejo de Dirección por hacerse eco en Instagram de una imagen que decía "ahora estás viendo quién apoya el genocidio". Tras sufrir la ira colectiva, Maha Dakhil se retractó con un humilde comunicado en el que agradecía a sus colegas y amigos judíos haberla "educado" sobre las implicaciones de sus comentarios. "Siento el dolor que he causado", entonó contrita.