Intentan acceder a la ficha de Middleton en la clínica donde fue operada
El centro hospitalario habitual de la familia real descubre una quiebra de confidencialidad cuando disminuyen los rumores sobre la princesa
La clínica que atiende a los miembros de la familia real británica ha abierto una investigación tras descubrir que al menos un empleado de su plantilla ha intentado acceder a la ficha de la princesa de Gales, que hace dos meses fue intervenida quirúrgicamente en la zona abdominal. El descubrimiento llega en un momento de descenso de la ola de histeria sobre el estado de Kate Middleton.
El diario Mirror publicó este miércoles la noticia, en la que cuenta que el intento de acceso al registro se produjo cuando Catalina estaba ingresada. Afirma que la London Clinic informó inmediatamente al palacio de Kensington, donde los príncipes de Gales tienen su aparato administrativo. Situada en el centro de Londres, en un barrio con numerosos establecimientos dedicados a la salud y a la estética, la clínica atendió también al rey Carlos III por un trastorno en la próstata, antes del anuncio de que padece cáncer.
The Times recordó que, en 2012, dos cómicos australianos se hicieron pasar por doctores en una llamada telefónica a la clínica y mantuvieron una conversación con una enfermera sobre el estado de salud de Catalina, ingresada entonces por náuseas y malestar en su embarazo. La inocente enfermera, madre de dos hijos, se suicidó al descubrir lo que había hecho.
La publicación de un vídeo de Guillermo y Catalina caminando el pasado fin de semana en los alrededores de su vivienda, en Windsor, ha apaciguado las especulaciones sobre el estado de salud de la princesa. En redes sociales persiste, sin embargo, la sospecha. La mujer del vídeo, que está haciendo compras en una de las tiendas preferidas de los Gales, no sería en realidad Kate sino una doble.
Silencio de palacio
La desquiciada ola se ha achacado al silencio del palacio de Kensington desde que la princesa recibió el alta médica y se anunció que pasaría su recuperación hasta la Semana Santa en la vivienda que comparte con su marido y sus tres hijos. Los portavoces de Carlos III en el palacio de Buckingham confirmaron su cáncer y han publicado estos últimos días imágenes del rey en encuentros constitucionales con el primer ministro.
El monarca recibió esta semana a un reducido grupo de veteranos de la guerra de Corea en su residencia londinense, Clarence House, mientras su hermana, Ana, presidía la recepción que se les ofrecía en Buckingham. Ya se dijo que no participaría en eventos con numeroso público. El Rey ha mostrado también un enfoque distinto al de Catalina en la publicación de fotos de la realeza.
Si la princesa de Gales provocó un gran alboroto con la foto de familia retocada con Photoshop que sus pajes distribuyeron en el Día de la Madre, Carlos III habría ordenado recientemente destruir fotografías con los uniformes militares de todos los regimientos que capitanea, porque no le gustaban como figuras para la historia de la monarquía, y pidió que le trajeran otro fotógrafo.
El asunto misterioso de una saga ridícula sigue siendo la súbita decisión del príncipe de Gales de no asistir al acto fúnebre en memoria del rey griego, Constantino, en una capilla a pocos metros de su casa. Un amigo suyo no identificado afirmaba a The Times que él conoce la razón y que la espantada del príncipe de Gales de una ceremonia con varias familias reales europeas está justificada.
Ofrecer como fuente a amigos anónimos no es una forma convincente de comunicación por Guillermo, pero el calendario de Catalina sí parece definido con claridad. Cumpliendo lo que se anunció cuando salió de la clínica, acudirá probablemente a la misa del Domingo de Resurrección en Windsor, y volverá a la actividad cuando vuelvan sus hijos a la escuela, el 17 de abril.