Mascotas
Perros contra el crimen, un arma ‘de narices’
La Guardia Civil dispone en la provincia de León de dos guías caninos con sus respectivos animales encuadrados en el denominado Servicio Cinológico y de Remonta (Secyr). Los agentes y sus perros se forman en el Centro de Adiestramiento de Perros (Cadepe) que tiene su sede en El Pardo. Ricardo y Victorino criaron desde los dos meses a los cachorros que hoy les ayudan en la búsqueda de drogas y explosivos.
Víctorino, guía de perros de drogas, busca un labrador para sustituir a su compañero Paul, un guardia jubilado que dejó el cuerpo tras doce años de servicio durante los que vivieron anécdotas como aquella en la que marcó droga en el doble fondo de un coche y aparecieron dólares americanos falsificados y armas de fuego fruto de los restos de las sustancias estupefacientes. «Cuando se jubiló me lo llevé a casa», destaca el agente, que asegura que el vínculo que se crea con el perro es difícil de entender.
Ahora, tan sólo tiene un compañero, Argos, un malinois macho de 3 años y medio y está a la espera de encontrar otro, uno «de línea de caza», que considera más recomendable para la búsqueda de sustancias estupefacientes debido a su instinto de cobro.
De hecho, los dos guardias civiles guías que trabajan en la Comandancia de León siempre compran a los perros con los que trabajarán de cachorros, con apenas dos meses, y los crían en sus propias casas hasta que alcanzan la edad —alrededor de ocho meses— en la que están preparados para comenzar el entrenamiento y aprender a detectar drogas y explosivos.
Lo corrobora Ricardo, guía de perros de explosivos, que está a punto de acoger a una de sus compañeras, Alfa, «cuando se jubile Alfa se viene conmigo», a punto de cumplir 8 años.
El agente compra a sus perros a un criador y siempre son pastores alemanas, hembras, por lo tanto porque, según asegura, tienen más instinto, trabajan más, son más inteligentes y menos agresivas que los machos. «Cuando cada verano voy al palacio de Marivent para inspeccionar el entorno antes de que lleguen los reyes no tengo que ir limpiando todos sus marcajes de territorio», dice.
Durante el tiempo que los perros pasan en casa de sus jefes son socializados y aprenden a estar con niños, convivir con ruidos, estar en bares o caminar entre las escaleras mecánicas de los centros comerciales, un hecho que hace que su carácter se vuelva mucho más versátil. «Creas además una conexión muy especial que es fundamental para trabajar con él después», resalta Ricardo, que en estos momentos tiene a Alfa y Raisa, de 8 y 2 años respectivamente.
Los guías caninos de la Guardia Civil y sus canes están especializados en seguridad y rescate, detección de drogas y por último explosivos. La segunda de las modalidades se encuentra en continua evolución y hoy en día se cuenta con equipos detectores de cebos envenenados, indicios de fuego, papel moneda, tabaco y perros pasivos de búsqueda y detección de droga en personas.
El Grupo Cinológico de León tiene su sede en el aeropuerto de La Virgen del Camino y sus integrantes, así como sus compañeros de trabajo, los perros, están entrenados para la detección de drogas y explosivos.
La Guardia Civil convoca cursos anuales en relación con esta disciplina y el personal interesado en los mismos lo solicitan.
Cada dos años, la Guardia Civil realiza una inspección a los perros para comprobar si siguen en forma para continuar con el trabajo. En el caso de que sea hora de retirarse, la Benemérita tiene una asociación, Héroes de Cuatro Patas, que les buscan familias a las que seguir ayudando.
Ricardo y Victorino subrayan que los perros deben recibir entrenamiento todos los días «Se les deja ser perros», abundan y explican que el trato que se les da no es el que se tiene con las mascotas. «No puedes mimarles porque pierden el carácter que les hace infalibles». Revelan que lo fundamental es el refuerzo positivo y que el aprendizaje se realiza con la asociación de las sustancias al juego.
En el caso de los perros de Ricardo —destinados al control de explosivos— se trabaja con diez tipos diferentes de munición. Asimismo, acuden a Madrid dos veces al año para perfeccionar el aprendizaje. «Siempre hay amenazas y controles antiterroristas con el GRS», dice Ricardo, que destaca con humildad que él es un «instrumento al servicio de los Tedax».
Cada una de las guardias caninas de Ricardo tienen su propia personalidad. «Alfa es más tranquila y mandona y Raisa, Más alegre y juguetona. Trabajo más con Alfa porque tiene más experiencia». Ricardo lleva diez años como guía y antes de eso estuvo en el GRS. «No lo dejaría bajo ningún concepto. Ya me lo ofrecieron y lo rechacé. Prefiero estar con los perros». Esta opinión la comparte Victorino , que desde hace 23 años está como guía de perros de drogas y 38 en el Cuerpo. «Me tocaba pasar a la reserva pero me he reenganchado y lo seguiré haciendo hasta que la edad me lo permita», asegura.
Los perros poseen entre 152 y 250 millones de glándulas olfativas lo que les hace imprescindibles en el trabajo policial. Un caso especial es el del bloodhound o perro de San Huberto, con 300 millones, lo que le convierte en uno de los mejores animales para rastro.
«Me tocaba pasar a la reserva pero me he reenganchado y lo seguiré haciendo hasta que la edad me lo permita», asegura Victorino
Explosivos, drogas, rescate, armas, acelerantes de fuego, billetes de curso legal, cebos envenenados, cadáveres sumergidos, restos biológicos... La extraordinaria ayuda que prestan los perros guardia a la población resulta difícil de acotar.
De ahí la importancia que tienen los guías, los guardias civiles que convierten su vida en formar a los canes para la resolución de casos que en muchos casos serían imposibles de solucionar sin su intervención.
Explican, por ejemplo, que en la detención de la asesina del niño Gabriel Cruz. «Los perros fueron los primeros en oler el rastro de la fregona con la que su madrastra había limpiado el escenario del crimen», revelan.
Controles de carretera, centros penitenciarios, registros de viviendas, aeropuertos, operaciones en las islas Baleares, en Algeciras durante el paso del Estrecho, la labor de Alfa, Raisa y Argos va más allá de la que ha simple vista podría pensarse.
«Los perros fueron los primeros en oler el rastro de la fregona con la que su madrastra había limpiado el escenario del crimen del 'pescaíto», revelan.
Aunque ahora sólo hay dos guardias guías pero el equipo de León lo conforman cuatro agentes y ocho perros.
El Cadepe es la escuela más antigua de España en el adiestramiento de perros. Los animales que se van a destinar a realizar estas tareas se pueden comprar con una edad comprendida entre los 12 y 15 meses, proceder de donaciones particulares o ser criados en el propio centro. Durante la formación, en la escuela tiene lugar un cambio de impresiones con el guía sobre el proceso de adiestramiento básico del perro, al tiempo que se evalúa la evolución técnica y veterinaria.
Cuando el animal tiene un año de vida regresa en compañía de su guía al Cadepe para su adiestramiento específico y la adaptación entre ambos. El guía está continuamente preparando a su compañero de trabajo mediante la realización de prácticas, el juego y ejercicio físico
En el caso de los perros detectores el olor se asocia al juego por medio de una pelota, un rodillo o el mordedor. Los canes de seguridad y rescate son los que requieren un mayor adiestramiento.
Operaciones en España en 2022
Los miembros del Secyr, Servicio Cinológico de la Guardia Civil, realizaron el año pasado más de 2.500 operaciones de rescate y auxilio humanitario. Asimismo, han participado en 8.314 actuaciones contra el tráfico de drogas, en las que se han intervenido casi 1.600.000 kilos de sustancias estupefacientes.
Además, componentes del Seciyr también han realizado más de 18.300 servicios de detección de explosivos y 145 de detección de tabaco, gracias a los cuales se han aprehendido casi 10.000 cajetillas en lo que va de año.
Sus instalaciones en El Pardo incluyen el Centro de Adiestramiento de Perros responsable de la enseñanza especializada dirigida al personal que pasará a formar parte de las unidades operativas.