Alerta: la procesionaria sale en procesión
Las redes alertan de la aparición anticipada de estas orugas del pino que contrasta con la parsimonia de los ayuntamientos, que no detectan que la plaga se haya adelantado
Siguiendo las redes sociales se podría trazar un mapa exacto de los lugares en donde la procesionaria ha salido ya en procesión, con el peligro que supone para animales de compañía y niños. Y no sólo para ellos porque la Thaumetopoea pityocampa puede afectar a cualquier persona.
«Cuidado con los perritos, que ya empieza la procesionaria del demonio». Es el aviso de un grupo de Facebook que reúne a personas que tienen animales de compañía. Y a continuación cuelgan una foto del lugar: el pino delante del Eurozoco en San Ignacio de Loyola, en el barrio de Pinilla. Como esa alerta, decenas en los últimos días. En La Candamia y los Pinos, Papalaguinda, La Granja...
Los ayuntamientos en cambio no han detectado que la plaga se haya adelantado. «Eso es que no salen del despacho», dice con socarronería el dueño de dos perros que baja de La Candamia.
«La especie es endémica en España, nuestro clima le favorece», explica Luciano Díez, presidente del Colegio de Veterinarios de León y del Consejo de Colegios Veterinarios de la Comunidad.
«La suavidad del invierno empeora la situación», avisa, «pero no hemos recibido ninguna notificación de que este año sea más alarmante», reconoce.
Los ayuntamientos, como los usuarios de las redes, tienen bien identificados los lugares donde se producen las procesiones de la procesionaria: Papalaguinda, el parque de Quevedo, el Cid, La Granja, el Parque de los Reyes, San Francisco, La Condesa y las zonas verdes de la periferia en la ciudad de León —sobre todo los Pinos, La Candamia y el Monte San Isidro— y todos los parques públicos del municipio de San Andrés del Rabanedo. Villaquilambre no ha detectado ningún bolsón de orugas. Es además el único ayuntamiento que utiliza para combatir esta plaga a sus depredadores naturales: los pájaros carboneros y los herrerillos. Para que aniden han colocado casitas de pájaros en zonas de «potencial peligro», como las denomina Ricardo de Dios, concejal de Medio Ambiente, Parques y Jardines y primer teniente de alcalde del ayuntamiento. Los nidos, de llamativos colores, están camuflados entre las ramas de los árboles en las inmediaciones del Colegio de Educación Infantil y Primaria del municipio, el CRA que está al final de la calle Las Eras.
En el Ayuntamiento de San Andrés se aplica un tratamiento preventivo, una única aplicación de un producto denominado Ynjet en los árboles de todos los espacios verdes del municipio «tanto si se ha detectado procesionaria como si no», explican los servicios técnicos de la Concejalía de Medio Ambiente. «Lo hacemos entre mediados de octubre y mediados de enero», añaden.
El tratamiento, dicen, ha dado buen resultado. «En los tres últimos años se ha eliminado completamente la procesionaria», sostienen.
El sistema de eliminación que utiliza el Ayuntamiento de León es a través de trampas anilladas en el tronco, la retirada e incineración de bolsones y por endoterapia, inyectando en el tronco del pino un insecticida que se incorpora a la savia y llega hasta las hojas de las que se alimenta la procesionaria del pino. «Se controla en todos los lugares donde se detecta la Thaumetopoea pityocampa», explican desde el ayuntamiento.
«Pues no les da resultado», sentencian Miguel y Laura, dos usuarios de Los Pinos. «Está plagado», describen.
«Es difícil de controlar», apunta el presidente del Colegio de Veterinarios. Y no sólo porque León ciudad sea la segunda del país con más zonas verdes, superada sólo por Vitoria según una estadística de 2019, con más de 250 hectáreas de jardines y más de 40.000 árboles, sino que además tiene un área periurbana natural de gran extensión, sin contar con el Monte San Isidro, que es propiedad de la Diputación, institución que es la responsable de combatir allí la plaga. León ciudad ha pasado de mil bolsones a menos de 200. Los ayuntamientos de San Andrés y Villaquilambre facilitan información a particulares para frenar la procesionaria y este último además coloca trampas y jaulas de feromonas en fincas y jardines privados que tienen pinos o abetos. El Ayuntamiento de León ni ayuda a particulares ni tampoco facilita información, según reconocen los servicios municipales. «No lo ha pedido nadie», se excusan.
«Es una operación compleja», apunta Luciano Díez, presidente del Colegio de Veterinarios de León. Y con consecuencias para el medio ambiente. «Si se fumiga, por ejemplo», añade Diez. «No sólo se mata a las orugas, también a sus depredadores. Por eso hay que elegir muy bien el método», explica.
Eliminar los característicos bolsones que cuelgan de las ramas de los árboles también tiene su dificultad. «Hay que ir tan protegido como si fueras a tratar con abejas o avispas. Si la procesionaria se siente amenazada, libera espículas, muy peligrosas para la persona que está manipulándola», avisa. «La fórmula de utilizar depredadores naturales que tengan a la procesionaria del pino como base de su alimentación es válida sólo en alguna de las etapas de la oruga», advierte Díez. Queda la opción de utilizar hongos que parasitan los árboles, atacan directamente a estos insectos y ayuda a controlar de manera natural su expansión, por ejemplo la seta Cordyceps militaris que se está utilizando en los pinares de Menorca.
«Cuál es la solución», se pregunta el presidente de los veterinarios de la Comunidad, «investigar más y, mientras tanto, combinar todas las medidas».
Todo lo que tienes que saber sobre la procesionaria
Sí, ya está aquí, ha salido ya en procesión. La procesionaria del pino ha adelantado este año su descenso de los árboles. Si lo hacía en primavera, este año la Thaumetopoea pityocampa marcha ya en fila con el riesgo que supone no sólo para los animales de compañía, también para las personas que entren en contacto con ellas.
El peligro está en los pelos que desprenden, que son urticantes. Pueden provocar una fuerte reacción alérgica en personas y animales
- No dejes que tu perro se acerque a oler la hilera de procesionaria. Puede sufrir una fuerte reacción alérgica que le puede provocar incluso la muerte
- Los pelos de la procesionaria son muy ligeros y pueden quedar en suspensión en el aire. Tu perro puede sufrir una reacción aunque no toque a la procesionaria. Esa es la razón por la que nunca hay que acudir a zonas infectadas
- No sólo provoca irritación y reacciones alérgicas, también puede producir inflamación en la lengua nariz, boca y cabeza. Produce asfixia en muy poco tiempo
- La gravedad depende del número de pelos que hayan entrado en contacto con el perro
Qué hay que hacer:
- Lo primero, lavar la zona afectada con abundante agua templada
- Si tu mascota ha olfateado o tocado la procesionaria, acude inmediatamente al veterinario. No pierdas tiempo. Es importante que reciba tratamiento médico sin dilación
Recuerda:
- Cuanto más lejos, mejor
- Mantén alejado a tu perro de la procesionaria. Y a tus hijos pequeños. Corren el mismo peligro
- Consulta a tu veterinario si vives en una zona donde hay mucha procesionaria. Algunos especialistas recomiendan en ese caso llevar un corticoide tipo Urbasón para inyectar. Eso te permitirá llegar al veterinario
Sabes qué:
- La procesionaria del pino se puede combatir con medios naturales. Hay dos pájaros que se alimentan de estas orugas: los carboneros y los herrerrillos. Estas aves insectívoras viven en parques, toleran bien la presencia humana y son voraces con la procesionaria.
- El cuco también está entre las especies
- que pueden combatir estas plagas.
- Otras formas para combatir la procesionaria del pino se basa en el tratamiento químico de los árboles y colocar trampas en el tronco del árbol, una barrera física que impide que las orugas lleguen al suelo. O con hongos que las parasitan