Perros abandonados. Gracias por no mirar a otro lado
Cerca de mil perros y gatos son abandonado en León cada año. Prestarles un poco de atención en la calle es suficiente para salvarles la vida
Las cifras son abrumadoras. Casi mil perros y gatos son abandonados cada año en León, 285.000 en España, según los datos del estudio ‘Él nunca lo haría’ de la Fundación Affinity. Quedan tirados en la calle o en mitad de una carretera. Pero un simple gesto puede salvarles la vida. Basta con mirarles.
Un perro perdido o abandonado está desorientado. A menudo tiene miedo e intenta huir. Conviene no acercarse de manera brusca y hablarle de forma suave antes de aproximarse a él. Ofrecerle comida es la mejor opción. Y agua, si hace calor. Primero un poco alejado y luego cada vez más cerca, para que coja confianza y pueda ser rescatado y puesto a salvo.
Hay un protocolo de actuación que conviene respetar. Si el perro está en León capital hay que dar aviso a la Policía Local para que los agentes pasen el lector y comprueben si el perro tiene chip y avisar en ese caso a sus dueños.
El procedimiento permite además que quien encuentra un perro o un gato abandonado no se desentienda de él y mire para otro lado ante el temor a tener que hacerse cargo de él
Si no tiene esa identificación, la policía comunicará el caso al Ayuntamiento y a la Protectora de León, que se hará cargo del animal, lo recogerá en sus instalaciones y le buscará una familia de adopción.
Es el procedimiento para que la protectora proteja al perro o gato abandonado y también para que conste en un censo oficial para conocer realmente el número de animales que se abandonan y para garantizar que no tiene dueño.
Este método de actuación es válido para cualquier ciudad o municipio que tenga policía local.
Si el perro aparece abandonado en un pueblo sin policía municipal, en una localidad de menos de 20.000 habitantes o en mitad de una carretera hay que avisar a la Guardia Civil. Los agentes del Seprona serán los encargados de pasarle el lector para comprobar si tiene chip. Si no lo tiene, hay que dar parte al ayuntamiento para que lo recoja y avise al servicio de recogida de animales de la Diputación de León.
Ese perro acabará entonces en la Yosa, que es el lugar a donde van todos los animales abandonados en los pueblos de la provincia, que permanecen encerrados en cheniles y a los que un grupo de voluntarias se encarga de ir a visitarles y de difundir su caso para intentar encontrarles familia.
Pese a la creencia más extendida, la Yosa tiene la obligación de prestar asistencia veterinaria a los perros ingresados en sus instalaciones ya que está recogido en el artículo 19 de la ley 5/1997, de 24 de abril de protección de los animales de compañía, anterior a la que entrará en vigor el 19 de septiembre y que aprobó el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos.
Pese a la creencia más extendida, la Yosa tiene la obligación de prestar asistencia veterinaria a los perros ingresados en sus instalaciones
Seguir este protocolo es imprescindible y permite además que el censo de animales abandonados sea real. Sólo en León ciudad y su alfoz, 401 perros y 150 gatos fueron abandonados el año pasado. Hasta mayo de este año se quedaron en la calle 202 perros, 67 gatos y un conejo.
El procedimiento permite además que quien encuentra un perro o un gato abandonado no se desentienda de él y mire para otro lado ante el temor a tener que hacerse cargo de él.
Él nunca lo haría pero 288.000 dueños, sí
Las proctoras españolas recogieron más de 288.000 perros y gatos (170.105 y 118.352 respectivamente), una cifra que representa casi el 3% del total de animales de compañía que se estima que viven en España. Así se desprende de la nueva edición del Estudio ‘Él nunca lo haría’ 2022 de Fundación Affinity, que una vez más constata que el abandono y la pérdida constituyen los principales problemas para el bienestar y la calidad de vida de los perros y gatos en el país.
- Las llegadas de perros y gatos a las protectoras aumentaron ligeramente respecto al año anterior (285.000 en 2021), y aún se encuentran por debajo del número de animales que se recogían antes de la pandemia. En el caso de los perros, la cifra se sitúa un 1,5% por encima, mientras que el número de gatos recogidos es prácticamente idéntico, con un ascenso del 0,4%.
- Según el informe de Fundación Affinity, las camadas no deseadas siguen siendo un año más el primer motivo de abandono (19%). Le siguen los problemas de comportamiento del animal (12%), la pérdida del interés por el perro o gato (12%) y el fin de la temporada de caza (11%). Los problemas económicos han aumentado respecto al año anterior (pasando del 6% al 9%) igual que el cambio de vivienda que ya representa el 8% de los motivos de abandono.
- El perfil de los animales que llegan a las protectoras varía según su especie. En el caso de los perros, más de la mitad son de edad adulta (57%), mientras que los cachorros representan un 28% y los perros de edad avanzada o sénior sólo un 15%. No obstante, de los gatos recogidos casi la mitad son cachorros, concretamente un 48%, seguidos de los adultos (43%) y finalmente los de edad avanzada, que representan el 9%. Sólo el 7% de gatos que ingresan en protectoras son de raza, mientras que el resto son mestizos.
- El estudio ‘Él nunca lo haría’ 2022 de Fundación Affinity ofrece cifras preocupantes sobre la situación de los gatos. Según el informe, son los animales más vulnerables al abandono debido a varios factores. A diferencia de los perros, la proporción de gatos identificados que llegan a los centros de acogida es muy reducida, y es que solo un 3% lleva microchip. Esto se debe, en primer lugar, a que llegan muchos cachorros fruto de camadas no deseadas que lógicamente están sin identificar; y, en segundo lugar, los gatos se identifican menos porque al ser domésticos y no salir al exterior, se cree que no se van a extraviar, lo que imposibilita que puedan ser devueltos a sus familias al perderse. Otro de los factores alarmantes es que muchos de ellos están heridos (15%) o enfermos (38%) cuando son recogidos. Este hecho podría influir en que un 12% muera durante su estancia en el refugio, una cifra que triplica a la de perros fallecidos en la protectora.