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«El duelo animal es un gran incomprendido»

El duelo animal es el dolor humano por la pérdida de una mascota cuando existe un vínculo con ella. «Nos duele tanto o más incluso que cuando perdemos a un familiar. Hay un amor incondicional», asegura la psicóloga Patricia Román.

León

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Cuando la mascota es un miembro más de la familia, su pérdida genera un duelo. Es el duelo animal, un sentimiento para el que se reclama empatía por parte de una sociedad en la que cada vez más personas están vinculadas a su perro o a su gato.

«Es un miembro más de la familia con el que compartes tu vida y hay un amor incondicional», alega la psicóloga Patricia Román, experta en tratar este duelo y con experiencia personal en varios episodios de pérdida de sus mascotas.

«Cuando nos deja se produce un vacío muy grande», subraya. Las mascotas, añade, a veces llegan a la vida de las personas en momentos críticos y si ya están en estas situaciones «tendemos a volcarnos con los animales porque nos dan un amor incondicional».

La sociedad no contempla este duelo cuando se produce la pérdida. «Puedes ir a ‘dormir’ o incinerar a tu mascota y al momento a trabajar. Eso es una aberración», señala sobre la falta de reconocimiento de ese sufrimiento. «No se permite el duelo. La gente tiende a decirte que ‘compras’ otro y ya te consuelas», apunta la psicóloga.

El duelo está condicionado por la forma en que muere el animal. «No es igual un accidente o una muerte repentina, que cuando ha pasado por una enfermedad crónica», subraya.

«Cuando la muerte es impredecible, es más difícil de aceptar. Cuando tiene una enfermedad puede hacerle el acompañamiento y la despedida», explica.

En el caso de los accidentes, el componente traumático es más fuerte. «Suele aparecer un sentimiento de culpa, pensar ‘si hubiera hecho esto o lo otro’». La psicóloga señala que en estos casos «no tenemos que flagelarnos, debemos permitirnos sufrir y compartir nuestro dolor con un grupo de confianza, ya que el duelo animal es un gran incomprendido».

Perros, gatos, pájaros... o cualquier otra mascota. El dolor es el mismo. «La clave está en el vínculo», señala la psicóloga.

Entenderlo es crucial para evitar problemas de salud mental. «A veces en la consulta me llegan personas con duelos cronificados con síntomas de ansiedad e incluso depresión cuando se han producido duelos encadenados», subraya.

No se puede decir que el duelo animal sea inocuo. «Todo lo que no resolvemos nos pasa factura», comenta esta psicóloga que utiliza el MDR, un método en el que se busca el origen de lo que creó el problema. Desde el punto de vista de esta psicología, se produce un trauma cuando las neuronas no pueden asimilar ciertas emociones o situaciones y se colapsan. «Si no se detecta el problema y se hace un proceso para deshacer el trauma para que las neuronas vuelvan a ser conexiones la persona se va retraumatizando», explica.

«Hay forma de sanar desde el origen», insiste la psicóloga. Patricia Román señala que «es importantísimo» que la persona con vínculo a su mascota haga una despedida a su medida. En este sentido, señala que es de gran ayuda la existencia de servicios funerarios para las mascotas, que permitan incinerar al animal de forma individual si se quiere conservar las cenizas (con la ley de bienestar animal es obligatoria la incineración). «Si te quedas con las cenizas puedes hacer un proceso con ellas. Son detalles que además de ayudar con el duelo contribuyen a la empatía social», explica.

En León existen actualmente incineradoras en Villanueva del Carnero y Cabañas Raras. Aunque generalmente es un servicio que gestionan las clínicas veterinarias también se puede hacer a título particular. La incineración individual cuesta entre 80 y 280 euros, según el tamaño del animal.

Tapar el duelo con una nueva mascota no es lo recomendable. «Recomiendo esperar un poco para hacer el duelo y desde ahí, adoptar, rescatar y salvar vidas». añade. «Hay que dejar que el animal llegue a ti, por desgracia hay muchos abandonados», apostilla. Más de 286.000 perros y gatos fueron abandonados el año pasado en España.

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