Los 1.402 para salvar un pipicán en León
No esperaron ni un día. Apenas 12 horas después de que el alcalde de León impusiera un horario de oficina para utilizar la ZEC del Buen Suceso, los propietarios de los perros se pusieron en marcha. 1.402 firmas exigen a Diez un pipicán abierto sin restricciones horarias para su uso y el mantenimiento de todas las zonas de esparcimiento canino de la ciudad
«Este Ayuntamiento nos trata como apestados». «Nos ha echado la culpa de que la ciudad está sucia por culpa de los perros cuando la realidad es que el servicio de limpieza es penoso». «Yo creo que nos quieren echar, es que no se explica si no que estén en tan malas condiciones». Las quejas de los propietarios de perros que utilizan en la ciudad las ZEC cerradas son interminables.
1.402 firmas exigen al alcalde de León, José Antonio Diez, que mantenga abierto y sin horarios el pipicán del Buen Suceso y que atienda «como se debe» las necesidades de los otros vecinos de la ciudad, los que tienen perros.
El escrito se presentó el lunes en el registro del Ayuntamiento de León. Los vecinos afectados por las medidas y la dejadez del alcalde socialista de la ciudad y el concejal de Desarrollo Urbano, Miguel García Copete, le han solicitado además una entrevista al regidor.
Lo que piden por escrito
Le exigen «la eliminación inmediata» de los horarios establecidos en la Zona ZEC del Buen Suceso, que da a la calle Conde de Barcelona y al Paseo de Quintanilla, en el barrio de La Palomera, «que no se corresponden con la realidad social de esta ciudad y restringen derechos a personas trabajadoras o con horarios fuera de los establecidos como si fuera para funcionarios». Y piden que no lo desmantele.
Otra recogida de firmas previa, esa de 101 vecinos, exigía al alcalde que cerrara esta ZEC pese a que el emplazamiento lo decidió el propio Ayuntamiento. Diez cedió a la presión vecinal de estas 101 firmas y decidió poner un horario propio de oficinistas: de 8 de la mañana a 9 de la noche, una hora y media más en verano, un régimen que no tiene ninguna de las terrazas de los bares en la ciudad, tampoco los que rodean ese pipicán. Ahora, el alcalde se ha encontrado con una reclamación que avalan 1.402 vecinos de la ciudad. A ellas se unen las 800 recogidas por la asociación MasQPerros a través de la plataforma change.org.
En su escrito dirigido a José Antonio Diez, exigen el mantenimiento periódico y adecuado de las zonas ZEC de la ciudad, eliminando la zonas con barro, los árboles mal talados —« como en la Zona ZEC de la calle Padre Javier de Valladolid en la zona de El Corte Inglés»—, la eliminación de los charcos que convierten las zonas ZEC en un barrizal e impiden su uso, la utilización adecuada del riego por aspersores, que se pone en marcha «incluso cuando llueve o cuando están los usuarios con sus perros dentro», la limpieza periódica de las papeleras donde se depositan las bolsas con los excrementos de los perros, la instalación de una doble puerta en todas las zonas ZEC valladas «como se solicitó en su día para evitar que los animales puedan escaparse con el peligro correspondiente que ello supone tanto para ellos como para el tráfico», la correcta sujeción de las vallas que rodean los recintos —«se mueven, están mal sujetas», denuncian—, la instalación de vallas con suficiente altura para evitar que los perros puedan saltarlas «como en la Zona ZEC de La Palomera próxima al Centro de Salud», la colocación de manillas en las puertas u otro sistema de cierre más adecuado «que impida que estén siempre rotas», que las puertas de las Zonas ZEC valladas se cierren bien —«no ajustan y se abren con el viento o se quedan abiertas y además las manillas se rompen continuamente»—, que las ZEC estén libres de procesionaria, «como ocurre en la ZEC del final de la calle Padre Isla, en Eras, por debajo de los depósitos de agua», la instalación en todos los pipicanes de una fuente para que los perros puedan disponer de agua y «que esas fuentes no se clausuren en invierno, como se viene haciendo, y sirvan agua todo el año», que dispongan de desagüe o alcantarilla que impida que el agua se embalse y forme barrizales con la consiguiente proliferación de insectos.
Ahora, el alcalde de León se ha encontrado con una reclamación que avalan 1.402 vecinos de la ciudad
«No pedimos nada excepcional, simplemente que mantengan en condiciones adecuadas esos espacios, que no estén tan abandonados como ahora. La atención a las necesidades de los perros y de sus dueños, que son también vecinos de esta ciudad», reclaman los firmantes del escrito.
Además, reclaman al alcalde la creación de nuevas zonas de esparcimiento canino «amplia, seguras, con vallas bien colocadas, doble puerta para evitar que los perros puedan salir de la ZEC, iluminadas con alumbrado público y con fuentes aptas para perros conectadas a un desagüe».
Los 1.402 firmantes del escrito piden «una correcta comunicación por parte del Ayuntamiento y el concejal responsable del Área con los dueños de los perros a través de una representación de ellos» y, algo que denuncian que el alcalde ha puesto en peligro con sus medidas y sus declaraciones: «El fomento de la convivencia entre vecinos con perros y vecinos sin animales».
Los argumentos
Basan sus reclamaciones en la Ley de Bienestar Animal, que en el artículo 34.7 establece el deber de los ayuntamientos de promover el acceso a playas, parques y otros espacios públicos de aquellos animales de compañía que no constituyan riesgo para las personas, otros animales o las cosas. Alegan también que es el propio Ayuntamiento quien no da consideración de parque a las zonas de esparcimiento canino en su Norma de uso de las Zonas de Esparcimiento Canino de 18 de febrero de 2014 en donde dice que «por Zona de Esparcimiento Canino (ZEC) se entiende aquel espacio destinado al ejercicio físico del animal, en el que éste puede circular libremente; esto es, sin necesidad de ir atado» y que es el Consistorio en su norma quien establece que las ZEC están destinadas «a satisfacer las necesidades de los propietarios y de sus perros (especie mayoritariamente elegida como mascota) de los vecinos de León, definiendo sus usos y otros aspectos en la materia que permitan integrar estas áreas en la vida cotidiana de la ciudad bajo las premisas de atención a los usuarios y sus animales, mantenimiento intensivo y limpieza de los espacios públicos, respeto y conciliación de los derechos de todos y cumplimiento de la legalidad vigente».
En el escrito se recoge que la ZEC del Buen Suceso «funciona como un lugar de esparcimiento animal al menos desde la Alcaldía de Emilio Gutiérrez, en la legislatura 2011-2015 y por tanto con anterioridad a su vallado por parte del equipo de Gobierno municipal actual en el año 2022» y que fue el actual alcalde y su equipo de gobierno quien decidió que fuera zona ZEC «y autorizara así por tanto sus uso como zona de esparcimiento canino».
"Un pipicán no es un parque y sí, como su nombre indica, un lugar para el esparcimiento canino y por ello no se le puede aplicar ese horario"
Los usuarios de esta zona de esparcimiento para perros denuncian que el horario impuesto por el alcalde «supone un perjuicio grave para un número elevado de usuarios a los que impide una conciliación de su vida laboral y/o personal con la tenencia de una mascota y no cumple, por tanto, lo indicado en la premisa de satisfacer las necesidades de los propietarios y de sus perros que el Ayuntamiento de León ofrece en la propia Estrategia de promoción de la salud y prevención en el Sistema Nacional de Salud (SNS) del Ministerio de Sanidad».
Le recuerdan a Diez que el horario aplicado «es el utilizado usualmente para los parques y una zona ZEC no está destinada a la diversión de personas y sí, como su nombre indica, al esparcimiento canino. Si hay presencia de propietarios es una obligación de la normativa vigente y por ello puede tener un horario distinto». Denuncian además que el horario «sólo se está aplicando de manera no igualitaria a este espacio ZEC por lo que no se entiende su dictado y sí que parece discriminatoria».
Los afectados por estas medidas y por el abandono en que el actual equipo de gobierno mantiene los pipicanes anuncian más medidas y que solicitarán auxilio al Procurador del Común.
«No nos vamos a quedar callados», dicen.