Los fisioterapeutas denuncian el intrusismo y piden apoyo de la Junta
El colegio oficial, que celebra su décimo aniversario, ha denunciado ante la Junta a cuarenta y cuatro centros en la comunidad, tres en León, por trabajar sin el título
León es la provincia de la comunidad con 307, la provincia con más fisioterapeutas colegiados, de los 1.594 que existen en la comunidad. El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla y León, que cumple diez años, se enfrenta a varios retos tras la entrada en vigor del Plan Bolonia, que los equipara profesionalmente con los profesionales europeos. El objetivo de los fisioterapeutas es mejorar su estatus profesional y conseguir un mayor apoyo legislativo y ejecutivo para luchar contra el intrusismo. El vicepresidente del colectivo en Castilla y León, José Luis Morencia, critica a la Junta de Castilla y León por no vigilar ni inspeccionar las clínicas a las que el colegio abre expediente. En el 2009 el colegio remitió cuarenta y cuatro expedientes de clínicas de Castilla y León que ejercen y ofrecen servicios sanitarios de fisioterapia sin tener la titulación ni los conocimientos necesarios para el ejercicio de estas funciones. De los cuarenta y cuatro expedientes, tres corresponden a León, «pero ninguno de ellos ha sido ni siquiera contestado», asegura Morencia.
La institución encargada de realizar las inspecciones es la Dirección General de Salud Pública ública de la Junta, «todos los años les presentamos una larga lista de clínicas que sabemos que realizan tratamientos terapéuticos sin tener la preparación adecuada. León es una provincia con bastantes centros dirigidos, gestionados y que realizan terapias, por profesionales sin ningún tipo de preparación. Son clínicas que trabajan problemas graves de espalda y hernias discales sin tener la titulación adecuada».
Morencia insta a las personas que necesiten asistencia de un fisisoterapeuta que consulte la página web del colegio para comprobar si el centro que tiene de referencia está gestionado por el personal competente «porque si no es así, las prácticas pueden ser extremadamente peligrosas».