Los problemas vasculares son la primera causa de muerte en occidente

La patología vascular tiene una prevalencia alta y es la primera causa de morbimortalidad en el mundo occidental. Dentro de ella, la ateroesclerosis que genera estenosis y obstrucciones en el flujo vascular, y los aneurismas que suponen dilataciones y debilidad de las paredes arteriales, tienen gran tendencia a afectar a las bifurcaciones vasculares. Se observa con mucha frecuencia el establecimiento de las lesiones estenóticas en importantes bifurcaciones vasculares como por ejemplo la de la arteria aorta en el síndrome de Leriche, la de la arteria carótida en los ictus cerebrales o las de las arterias coronarias en la isquemia miocárdica. El tratamiento endovascular de estas lesiones requiere complicadas maniobras de angioplastia o colocación de varios stents, generalmente con solapamientos intravasculares de los mismos, para cubrir adecuadamente las bifurcaciones afectadas.

Ante un aneurisma de aorta abdominal, también relacionado con la degeneración de la pared arterial al igual que la ateroesclerosis, suele ser frecuente que también se encuentre afectada la bifurcación aórtica.

El abordaje. El abordaje endovascular actual para el tratamiento de este aneurisma ha de realizarse con acceso por ambas arterias femorales y con solapamiento dentro de la propia aorta de varias endoprótesis o stents.

La aplicación de técnicas como la angioplastia desde finales de la década de los 70, y el desarrollo de los stents o endoprótesis desde comienzos de la década de los 90, han permitido este tipo de tratamientos intervencionistas enfocados al mantenimiento de una luz vascular, biliar o traqueal aceptables, en algunos casos como tratamiento definitivo y en otros como un procedimiento paliativo o previo a una cirugía selectiva.

Los stents se han convertido en una herramienta común en el trabajo actual de la Radiología Intervencionista y las indicaciones aceptadas para su implantación han ido incrementándose progresivamente.