Los urólogos aconsejan a los hombres revisarse la próstata a partir de los 60
El Colegio de Médicos imparte un curso de actualización para Atención Primaria
La patología prostática aumenta con la edad, especialmente a partir de los 60 años, y debido al incremento de la esperanza de vida entre los hombres lo que repercute en una mayor demanda de las consultas tanto en Atención Primaria como en Urología. Los urólogos aconsejan a los hombres vigilar el estado de su próstata a partir de los 60 años, salvo que previamente hayan tenido sintomatología.
El 50% de la patología prostática es benigna y el otro 50% de carácter tumoral maligno, señala el jefe del servicio de Urología del Complejo Asistencial Universitario de León, Francisco Javier Gallo Rolanía.
«Hay una progresiva incidencia a partir de los 60 años. Esto es como las canas, va con la edad», afirma el médico. La primera consecuencia de una patología prostática es la obstrucción de la vía urinaria, ya que la próstata es una glándula que está unida a la vejiga y a la uretra.
«Pero puede tener consecuencias más serias, como llevar a una insuficiencia renal», añade el urólogo. De ahí la importancia de que en las consultas de Atención Primaria se detecte cuanto antes una patología prostática.
El manejo de estas enfermedades del aparato urino-genital masculino es el tema que se aborda mañana miércoles en el curso de actualización sobre patología prostática que organiza el Colegio Oficial de Médicos de León.
En el curso se actualizarán conocimientos para que los médicos de Atención Primaria «puedan detectar y conocer la enfermedad y tratarla en los casos leves, remitiéndolos al especialista cuando se compliquen».
Un antígeno no tan específico. En cuanto a las pruebas del PSA (Antígeno prostático específico) el doctor Gallo se muestra cauto. «Es un marcador biológico que sin ser todo lo bueno que quisiéramos es una herramienta que puede orientarnos sobre una sospecha, algo con lo que no contábamos hace 20 o 30 años», subraya.
Este antígeno no es lo suficientemente fiable como para que el control del PSA se convierta en una herramienta para realizar controles masivos a la población masculina. «No es tan específico como dice su nombre y sería problemático, crearía angustias y no estamos en condiciones de resolver esas dudas», señala el doctor Gallo.
La patología prostática más grave es el cáncer. En este terreno el médico incide en los altos índices de curación «si se coge a tiempo». La cirugía y la radioterapia son las principales herramientas terapéuticas para combartir el cáncer de próstata.
Cada año se realizan en el Hospital de León unas 120 intervenciones de patología prostática. Actualmente los métodos radicales (quitar la próstata entera) se utilizan mayoritariamente en los casos de patologías malignas. Se opera tanto con cirugía convencional como laparoscópica. «En el hospital estamos al nivel de los mejores centros sanitarios en el tratamiento de esta patología», señaló.
El urólogo aconseja a los hombres que se informen de la trascendencia que estos procesos tienen para su vida a través de fuentes cualificadas como los médicos, porque «son los médicos quienes saben tanto de las consecuencias como de las posibilidades de curación», insiste.
El curso de actualización en patología prostática está organizado por la vocalía de Formación Continuada del Colegio Oficial de Médicos de León.