La alta tecnología ayuda a buscar en la sangre el riesgo de sufrir un infarto
La tomografía de coherencia mide las micras de lípidos que recubren las arterias
La investigación con la alta tecnología en imagen buscan encontrar marcadores que permitan identificar el riesgo de sufrir un infarto de miocardio en un análisis de sangre. El especialista en Cardiología de la Clínica Universitaria de navarra, José Calabuig, ofreció una conferencia en el Hospital de León destinada a los médicos especialistas, dentro del plan de formación especializada. «Hace quince años pensábamos que las angiografías nos daban un conocimiento exacto de las arterias, pero en realidad no nos daba una imagen real del problema», explica Calabuig.
La investigación con la Tomografia de Coherencia Óptica (OCT), permite a los cardiólogos medir en micras los lípidos que envuelven la arteria y así evaluar los riesgos de rotura.
Tras la evidencia científica demostrada con estos resultados, los investigadores buscan ahora cómo detectar en la sangre este riesgo, «serán análisis muy específicos, pero esperamos que dentro de cinco años, como mucho, podamos tener una respuesta que permita adelantar el riesgo de un infarto con sólo hacer un análisis de sangre», explica el doctor Calabuig.
Las técnicas de imagen han permitido descubrir la morfología de las placas de ateroma que se adhieren a las arterias, lo que significa dar un paso de gigante en el conocimiento de cómo se produce un infarto cardiovascular.
70.000 personas sufren cada año un infarto de miocardio en España y 30.000 mueren en el acto. «De los 40.000 que llegan al hospital, 10.000 mueren en la uci. Son unas cifras muy elevadas que nos indican que tenemos que avanzar en el conocimiento de la enfermedad».
Las nuevas técnicas de imagen han permitido a los especialistas descubrir que las placas de arterioscleroris crecen hacia afuera de la arteria y no hacia adentro, como antes de pensaba. «No existe el infarto de miocardio con arterias sanas, y esa idea es con la que hemos trabajado durante muchos años», asegura Calabuig. «Ahora hemos aprendido que las placas crecen hacia afuera para no estrechar la luz, pero que cuando cubren el 40% de la circunferencia de la arteria comienzan su crecimiento hacia adentro».
Las placas de ateroma están separadas por una «telilla» o membrana, llena de lípidos, que si se rompe, origina el crecimiento de la placa hacia el interior de la arteria. «Ésto es lo que se llama infarto agudo de miocardio».
Con la visualización de este proceso «definimos lo que llamamos placa vulnerable» que tras un esfuerzo, estrés, exceso de bebida o una comida copiosa tras una celebración puede ocasionar un infarto. «Perseguimos descubrir cuáles son las situaciones para que esa placa vulnerable se rompa». Calabuig explica que para el estudio de las imágenes es necesaria la utilización de biomarcadores. «Cuando encontremos esa correlación, con la realización de un análisis de sangre, podremos deducir el riesgo de placas de ateroma, de que se vaya a producir un accidente vascular».
Calabuig destaca que la clínica universitaria de Navarra fue la primera de España en utilizar la OCT como técnica de imagen para la investigación de los infartos de miocardio. Además, existen otros métodos diagnósticos como son los ultrasonidos intracoronarios y la histología virtual, «con estas tres técnicas caracterizamos las placas en las arterias coronarias y clasificamos sus riesgo».
Buena dotación en León . El cardiólogo de la clínica universitaria de Navarra califica como «impresionante» la dotación técnica, humana y de espacios de la sección de Hemodinámica del Hospital de León, «con un equipo supercompetente». Las dos salas de hemodinámica y la dotación técnica y tecnológica del servicio, convierten al Complejo Universitario de León «en uno de los mejores de España», asegura el especialista José Calabuig. Los especialistas del centro hospitalario manejan técnicas como los ultrasonidos intracoronarios y la histología virtual, «pero la tomografía de coherencia óptica es una técnica de experimentación de la que sólo disponen unos pocos centros en España».