Diario de León

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«Ninguna persona diabética debería quedar ciega»

ANTONIO FERNÁNDEZ PORRERO. Oftalmólogo

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LEÓN

Antonio Fernández Porrero eligió desde sus comienzos como médico oftalmólogo dedicarse a la medicina privada, con la ventaja de tener consultas masificadas y la exigencia permanente de especializarse en tratamientos pioneros. Apasionado por la las especialidades médico-quirúrgicas, se ha centrado en la cirugía refractiva tanto para corregir la miopía como para la vista cansada. Uno de los problemas de salud que más le preocupa es la prevención de la ceguera en las personas diabéticas.

—¿Qué es y en qué casos está indicada la cirugía refractiva para corregir la miopía?

—Actualmente hay dos cirugías de alta eficacia para quitar dioptrías que son: el Lasik (láser) y la y la ICL. La primera es muy conocida y va bien para quitar hasta seis o siete dioptrías, en personas jóvenes, con córneas sanas y un grosor adecuado. Pero aquellos pacientes que no cumplen estos criterios y no pueden ser operados con láser, pueden optar por otra, que supera los límites y expectativas del láser. Con la técnica de lente de contacto implantada (ILC) se pueden corregir hasta 18 dioptrías sin importar el grosor de la córnea. Esta técnica en auge en los países desarrollados puede corregir también hipermetropía y astigmatismo. Yo la realizo desde hace 14 años en León. Es una técnica reversible con la que el paciente tiene una gran calidad de visión y no se cierra las puertas a avances futuros de la medicina.

—¿Cuál es la técnica que se utiliza para corregir la visión de cerca por vista cansada?

—La presbicia o vista cansada es la pérdida de acomodación del cristalino que se produce a partir de los 45 años de forma progresiva. La ofltalmología permite solucionar este problema con una lente bifocal.

—¿Se puede realizar en cualquier persona?

—Es una técnica muy segura, pero la clave del éxito está en saber indicar la operación a aquellos pacientes que tienen más posibilidades de adaptarse bien a las propiedades y expectativas de la lente implantada, consiguiendo así que los pacientes queden satisfechos. Está indicada para personas en edades comprendidas entre los 53 y 70 años, salvo excepciones que tengan la córnea sana y no toleren las gafas progresivas. No es aconsejada para conductores profesionales. Es una técnica muy similar a la operación de cataratas, pero con otras lentes (Premium). Al actuar sobre el cristalino otra ventaja de los pacientes operados de presbicia con esta técnica es que nunca les saldrá cataratas porque la lente no envejece, al contrario de lo que sucede con el cristalino.

—¿Son personas jóvenes las que más demandan la operación de corrección de miopía?

—Hay de todo. Pero es verdad que puede haber más jóvenes. Lo que varía es la técnica. La gente joven es más apta para el láser y a medida que aumenta la edad son más candidatos a la técnica de lente de contacto implantada. En todo caso, esto es una operación voluntaria no preocupante. Me preocupa más el diabético que se puede quedar ciego.

—¿Se puede evitar la ceguera causada por diabetes?

—Ninguna persona diabética se debería quedar ciega a ccusa de la retinopatía diabética. Se puede evitar si se acude a tiempo, antes de empezar a perder vista. El peligro de ceguera de esta enfermedad se puede prevenir en el 99% de los casos, si se realiza un diagnóstico, seguimiento y tratamiento precoz con láser de Argon. Al actuar precozmente se evita la progresión de la enfermedad sobre la retina, para que no lleve a estadios avanzados que ya sí serían de difícil solución.

—¿Es apta para todas las personas diabéticas?

—Sí, siempre y cuando el tratamiento sea precoz. Por eso es importante que se hagan revisiones anuales de la vista desde que conocen el diagnóstico de esta enfermedad. Como sabemos, la diabetes es una enfermadad metabólica crónica que dura toda la vida y se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en sangre, afectando a diferentes órganos. El mayor riesgo está en pacientes que necesitan insulina y que llevan más de 15 años con ella. También es muy frecuente que los diabéticos padezcan cataratas, por lo que es muy importante, que antes de operar hay que asegurarse, que está bien controlada la retinopatía diabética, de no ser así podría agravarse la misma.

—La cirugía refractiva para corregir miopía o presbicia no está en los tratamientos que ofrece la Seguridad Social. ¿Cuánto cuesta?

—Sobre 1.800 euros, aunque siempre depende de las características personales de cada paciente y los tratamientos que requiere.

—¿La tecnología ha sido capital en el avance de esta especialidad?

—Desde luego, antes en una operación de cataratas se quitaba el cristalino entero y no se introducía lente interna. Los pacientes llevaban unas gafas gordas de 20 dioptrías. Es una especialidad a la que la tecnología le ha ayudado mucho.

—Especialmente el láser.

—El láser es muy importante pero también ha aportado mucho la informática. El fondo de ojo hecho por ordenador queda grabado para revisiones.

—¿Elegir la medicina privada supuso unos comienzos difíciles?

—Al contrario. Cuando empecé ya implantaba lentes en la operación de cataratas, cosa que aún no se hacía en la Seguridad Social. Hay más dificultades ahora mismo con la crisis. Los problemas económicos impiden a muchas personas acudir a tratamientos que ofrecemos en la medicina privada.

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