Diario de León
Publicado por
Ana M. Paramio. Psicooncóloga del Hospital de León
León

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¿Se puede ser feliz al final de la vida en el proceso de la muerte? Los cuidados paliativos pretenden mejorar la calidad de vida tanto de los pacientes como de sus familias, mediante la prevención y el alivio del sufrimiento con una evaluación adecuada y el oportuno tratamiento del dolor y de otros problemas tanto físicos como psicológicos, sociales y espirituales. Es muy importante en cuidados paliativos un abordaje multidisciplinar, que exista un equipo especializado en el que debe estar el psicooncólogo. Hay que considerar que el paciente es la misma persona que antes de la enfermedad terminal por lo que se podría decir que se muere como vive y el proceso hace surgir lo mejor y lo peor de uno mismo. Para Marta Schröder, psicooncóloga española, la enfermedad oncológica avanzada y terminal supone un impacto emocional tanto en el paciente como en la familia, la situación se vivencia como difícil, cambiante y amenazadora, se realizan esfuerzos de adaptación continuamente apareciendo reacciones emocionales como miedos, tristeza, angustia, desesperación, ansiedad y estos síntomas hay que tratarlos para que desaparezcan y exista calidad de vida hasta el final del proceso. Elizabeth Kübler–Ross psiquiatra, que desarrollo su profesión e investigación en Norteamérica fue pionera en estudiar la muerte y los moribundos. Hablaba sobre un proceso de adaptación donde existen cinco fases: negación, ira, pacto, depresión y aceptación. La familia también tiene su proceso de adaptación. A veces cursa con emociones negativas de variable intensidad como miedos, angustia y mal manejo en la comunicación generándoles actitudes de sobreprotección (que genera enfado en el enfermo ya que perciben infantilidad e inutilidad). A veces existe la conspiración de silencio, se protege al familiar para que no sufra generando incomunicación, conlleva una carga emocional y culpa por el disimulo, en el paciente desconfianza y enfado. En la claudicación, la familia percibe agotamiento físico y psicológico generando abandono como cuidadores. La intervención psicooncológica tiene como objetivos prevenir el síndrome del quemado por el trabajo, es decir, el desgaste psicológico en el equipo multidisciplinar, también paliar síntomas del impacto emocional del paciente y su familia y que procesen la adaptación correctamente.

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