El hospital en casa
La Unidad de Hospitalización a Domicilio del Hospital del Bierzo atiende cada año a 250 pacientes en su casa como alternativa a ingresos innecesarios y con todas las ventajas de ser un servicio hospitalario.
«Estoy mucho mejor en casa que en el hospital», afirma Ramón Cocera, de 75 años, quien durante dos meses tuvo seis ingresos debido a las complicaciones de un enfisema pulmonar. Ahora es paciente de la Unidad de Hospitalización a Domicilio del Hospital del Bierzo.
A efectos estadísticos sigue en el hospital, pero en su casa, en el hogar de su hija en Fuentesnuevas. Los neumólogos «están sorprendidos de que siga relativamente bien», matiza Marisa Cocero. «Está mucho mejor que en el hospital, está encantado», precisa la hija.
El médico y la enfermera de la unidad le visitan dos veces a la semana, según lo pautado para su situación actual. Ante cualquier crisis —es un enfermo que depende del oxígeno— «enseguida llamo y les tengo aquí». La unidad tiene un teléfono que está abierto desde las 8 de la mañana hasta las 20.00 horas para todas las pacientes.
La Unidad de Hospitalización a Domicilio del área de salud del Bierzo es una de las cinco que funcionan en Castilla y León, la única en la provincia. Se puso en marcha en 1991 y desde entonces, salvo en un breve lapsus que estuvo cerrada, ha atendido a más de 6.000 pacientes, una media de 250 al año.
En casa, un paciente como Ramón tiene «todas las comodidades» y tiene garantizada la asistencia hospitalaria que precisa. «Come bien y estamos intentando que, con el buen tiempo, salga un poco a la terraza», añade la hija. El enfisema le impide andar y a consecuencia de la inmovilidad ha perdido mucha masa muscular.
Para que el hospital en casa sea una alternativa asistencial «es imprescindible que, en casa, haya una persona de referencia como cuidadora principal», afirma el equipo.
La hospitalización a domicilio del área de salud del Bierzo está indicada para pacientes postquirúrgicos, de cuidados paliativos e incluso personas que precisan de tratamientos antibióticos en vena y no tienen necesidad de ser hospitalizados. El personal de la unidad depende de la dirección médica del Hospital del Bierzo y, por regla general, son los diferentes servicios de atención especializada los que ofrecen esta alternativa, aunque también hay casos en los que es demandada directamente por familiares de pacientes.
«Es igual que estar ingresado, pero estás en tu casa. Para mi padre eran una familia. No sabes lo que es que venga una enfermera a ver a un enfermo y le de un beso», afirma Sara, una de las cinco hijas de Ramón del Valle. Este hombre recibió atención a domicilio durante los últimos cuatro años de su vida intercalada con ingresos hospitalarios. La madre también fue atendida por este servicio cuando enfermó de cáncer hace 18 años: «No conozco a nadie que no esté contento con este servicio», subraya esta familia.
La unidad hace de puente entre el hospital y los servicios de Atención Primaria. Su cobertura alcanza el 75% de la población del área sanitaria del Bierzo, aunque por razones de operatividad no llega a zonas como Toreno, Villablino, Fabero y Bembibre. Es condición indispensable para acceder a este servicio hospitalario que exista una persona cuidadora principal como garantía de atención al paciente en casa.
José Castro, jefe de la unidad, señala que en torno al 60%-70% de los pacientes que atienden son oncológicos que reciben cuidados paliativos domiciliarios. La hospitalización domiciliaria tiene las ventajas de que las personas enfermas están en «el medio habitual en el que viven, se evitan traslados al hospital y se disminuye el riesgo de infecciones nosocomiales (hospitalarias)», señala.
Desde el punto de vista económico «se produce un ahorro para el sistema sanitario: se liberan camas y todo el aspecto hostelero que implica la estancia en un hospital», añaden el doctor Castro Senra y la doctora María Jesús Menéndez, especialistas en medicina interna y medicina de familia.
Hay otro aspecto que no es cuantificable económicamente, pero no menos importante. «El trato con la familia: cuando tienes un enfermo al que tratas y cuidas tienes una familia que no te olvida nunca», apunta Menéndez.
«Llevo muchos años haciendo este trabajo, que me surgió cuando vine a vivir a Ponferrada y no lo cambio por ningún otro», añade, pese a que, como admite, a veces se hace duro desde el punto de vista personal sobre todo en los pacientes que «pasamos de curar a cuidar, como son los paliativos ante quienes nuestra misión principal es controlar todos los síntomas desde el dolor, las náuseas y aspectos neurológicos y de salud mental», subraya.
El hospital en casa guarda una diferencia crucial con las unidades de Atención Primaria por el hecho de ser un servicio hospitalario. «Tenemos posibilidad de pedir cualquier interconsulta con otra especialidad, analíticas y otras pruebas». Esta es otra de las cualidades que hace singular al servicio.
«Tenemos relación con todos los servicios y una relación muy potente con los servicios de oncología, medicina interna y unidad de cuidados paliativos intrahospitalaria», subraya el médico responsable. Pediatría es de los pocos servicios que no usan la unidad.
La enfermería, apunta María Antonia Reguero tras 15 años de experiencia, «cumple el papel de cuidar a los enfermos y también de hacer educación sanitaria: con los pacientes encamados hay que tener unos cuidados especiales de aseso, higiene de la boca, medidas para evitar o atender el estreñimiento, así como el control de la medicación. «A mí me enseñaron a moverlo y a colocarlo bien. Un día antes de morir me dijo: llámalos, que veo que estoy mal», cuenta Conchi Martínez, jefa de suministros del hospital e hija de Luis Martínez. Su muerte, en noviembre, fue un golpe duro, pero atenuado por la buena atención.