La ‘caminata’ de Alfaem

En la asociación Alfaem, hemos cumplido 20 años como movimiento asociativo, digamos que somos jóvenes, estamos bien formados y tenemos experiencia e ilusión para afrontar nuevos proyectos de futuro que mejoren la vida diaria de las personas con enfermedad mental y sus familias. También nos consideramos, como afectados, familiares y amigos, portavoces de la defensa de derechos como personas que viven en la sociedad actual.

El recorrido hasta aquí no ha sido fácil, ha sido una «caminata» llena de dificultades, aunque también repleta de alegrías. Hace años llegamos a este lugar con una maleta vacía que a cada paso que hemos dado, hemos ido llenando. En primer lugar, metimos en la maleta «ayuda mutua y descarga emocional a las familias», en segundo lugar, «las primeras atenciones terapéuticas» de aquellos pacientes que la reforma psiquiátrica aparcaba en sus hogares. Es en este momento, cuando comenzamos a profesionalizar la atención y a meter en esa maleta programas y servicios en base a las necesidades detectadas.

Por una parte, trabajamos con la familia como elemento clave en la integración social de las personas con enfermedad mental y por otra, como sujeto con necesidades propias. Se trata de programas que formaron, informaron y concienciaron a las familias para que su implicación en la rehabilitación y reinserción social de sus allegados, fuera una realidad.

En cuanto a la labor realizada con los usuarios, creo que el avance ha sido muy importante porque hemos sabido ver las grandes capacidades de las personas, potenciando sus posibilidades y creando un futuro para ellas. La gran labor de estos años está en la normalización de la enfermedad mental, la mejora de su estigma, la coordinación socio-sanitaria y la creación de una red de recursos sociales y sanitarios que garantizan una atención integral del colectivo.

Nuestro equipaje está lleno de promesas cumplidas, objetivos alcanzados y proyectos que dan respuesta a las carencias de la gran familia de Alfaem. Algunos sueños están pendientes y pondremos todo nuestro empeño, tenacidad y perseverancia, para que sean una realidad.

En estos momentos no podemos perder tiempo y tenemos que poner en valor los esfuerzos realizados por todos, administraciones, profesionales, familiares y personas con enfermedad mental para conseguir un trato igualitario como personas de pleno derecho. Estamos obligados a cumplir los acuerdos y promesas realizadas a un colectivo históricamente en exclusión.

Solo deseo que la situación crítica actual no «arranque» de las personas más desfavorecidas, esa maleta repleta de derechos conseguidos en estos 20 años.