Diario de León
Mª Cruz García Rodera abraza a un árbol en El Plantío de Ponferrada: «La risa es la medicina más potente que tiene el ser humano».

Mª Cruz García Rodera abraza a un árbol en El Plantío de Ponferrada: «La risa es la medicina más potente que tiene el ser humano».

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«He dedicado mi vida entera a cuidar la alegría y la risa de las personas». Su nombre es Mari Cruz García Rodera y su cara es una sonrisa permanente. «¡Guau!», suele decir para apostillar sus mensajes, siempre, siempre, positivos.

La fundadora de la primera escuela internacional de Risoterapia, en 1995 en Barcelona, nació en Folgoso de la Ribera (El Bierzo). «Empecé en mi pueblo y hemos conseguido una profesión que no existía», señala. Siendo una niña, cuando la llamaban Crucina en su pueblo, se dio cuenta de las cualidades curativas de la alegría: «Era una niña observadora y veía a gente malhumorada y las consecuencias que eso tenía y veía a gente alegre que me decía: tú canta, que quien canta sus penas espanta... Unos tenían mucha salud y salían antes de los duelos y otros estaban enfermos», explica.

Con el tiempo quiso traer de la gran ciudad a su pueblo todo lo que había recogido por el mundo y en 2007 consiguió que su pueblo se convitiera en capital mundial de la risa y poco después batió un récord mundial en El Toralín de Ponferrada al reunir a 350 personas mayors para reírse. «Una médica me contó después que cuando hicimos la risoterapia en El Toralín sus pacientes estuvieron más de una semana sin aparecer por la consulta», explica. En uno de los pueblos más pequeños de León, Solanilla, reunió a más de 200 personas para reírse. «Problema reído, problema vencido», recalca.

Pero... a una persona que está en paro, que la vida se le ha torcido o que acaba de perder a su ser querido... No hay peros para Mari Cruz García: «La muerte es algo que está ahí, nadie nos vamos a quedar aquí. Y en nuestra cultura se plantea de manera horrible». Ante un divorcio su receta es «liberar a la persona que se quiere ir y bendecirla». ¿Y ante la crisis? «No hay tal crisis. Lo que no funciona, no funciona y cuanto antes acabe mejor. ¿Para qué buscarle remiendos y atropos?».

La risa, asegura, «es la medicina más potente que tiene el ser humano: es analgésica, te distrae el pensamiento, da vitalidad, vigor y fortalece la memoria y te da libertad. Si cultivas la alegría dejas de depender de que los demás te aprueben o no...».

«La risa te trabaja los neurotransmisores del sistema nervioso central, las endorfinas u hormonas de la felicidad y desde ahí puede controlar tu todo cuerpo: el movimiento, el tono de voz...». Tiene efectos beneficios «sobre el corazón, los riñones, el hígado... en todo nuestro cuerpo y la gente que nos reímos estamos mucho más jóvenes».

Sus sesiones de risoterapia no son carcajadas a tontas y a locas. La risa fluye acompañada de grandes dosis de autoestima y tolerancia. Mari Cruz García siempre tiene la osadía de plantear retos a las personas que se enrolan en sus sesiones: «Deja de pedir y ofrece», es uno de sus lemas.

La risa no se puede tomar a la ligera: «En el fondo del mundo de la alegría y de la risa hay que reconoer qué cantidad de energía pone una en las cosas. Tenemos que preguntarnos qué atraemos porque en todo lo que te ocurre a ti tienes una parte de responsabilidad y muchas veces es más cómodo ir de víctima. Esto no gusta a la gente».

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