Diario de León

Siervos del dolor

Mil leoneses viven con dolor permanente. El 40% de las molestias son de origen psicopatológico, para las que las pastillas no resuelven el problema y necesitan un tratamiento multidisciplinar.

Los especialistas de la unidad del dolor del Hospital de León administran tratamiento a uno de los pacientes leoneses.

Los especialistas de la unidad del dolor del Hospital de León administran tratamiento a uno de los pacientes leoneses.

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Mil leoneses entre 40 y 55 años viven con dolor crónico y agudo diario y necesitan una media de 5.000 tratamientos anuales específicos. Llevar una vida normalizada les hace esclavos de terapias específicas en pleno periodo de edad laboral. Son esclavos de su dolor. La mayoría son pacientes operados de columna a los que les ha fallado la cirugía aunque los oncólogos recurren también a los especialistas de Anestesia cuando les fallan las herramientas terapéuticas para sus pacientes. Cuatro anestesistas gestionan el servicio del dolor del Hospital de León, un recurso que se utiliza para aplicar tratamientos especiales cuando no dan resultado las terapias habitules para calmar el dolor del cáncer.

Pero la de León no es una unidad integral con personal especializado multidisciplinar trabajando a pleno rendimiento. Los cuatro anestesistas y la enfermera atienden a un millar de pacientes al año, cincuenta nuevos cada mes. Los fármacos habituales para tratar el dolor no les alivian las molestias y necesitan terapias específicas.

Aunque las dolencias del cuerpo esconden en ocasiones otras enfermedades que no se detectan en las radiografías. El 40% de los pacientes que llegan a la unidad del dolor del Hospital de León presentan cuadros para los que los anestesistas no tienen medios, «necesitan un tratamiento multidisciplinar al tratarse de dolor psicopatológico», explica Emilio Bronte, uno de los anestesistas encargados de la unidad. «La idea es establecer protocolos con la unión de los tratamientos para dolorres crónicos y agudos», explica el jefe del servicio, de Anestesia, Juan Carlos Bermejo. «A la unidad hay que darle mucho ímpetu», asegura.

Artritis, artrosis, hernias, dolor vertebral, fibromialgias o dolor neuropático son las causas más frecuentes de un problema que altera la vida de quien lo padece. Unas 3,5 millones personas sufren dolor en España en algún momento durante todos los días de su vida, y más de un millón y medio lo padecen durante las 24 horas del día todo el año, según la Sociedad Española del Dolor (SED). La imposibilidad de llevar una vida normal provoca depresión al 29% de los que lo sufren y que, en muchas ocasiones, les quita las ganas de vivir.

«Tratamos a los pacientes cuando se han agotado todos los demás recursos», asegura el doctor Bronte. El método de trabajo comienza con un test de morfina intratecal con una parte de anestesia. «Vemos si alivia el dolor en un porcentaje superior al 50%». La siguiente dosis se hace con placebo «y esperamos a ver si hay respuesta». Un protocolo de trabajo que busca bajar dos puntos la intensidad de la molestia. «Un alivio de un 20% se considera un éxito, nunca eliminar el dolor por completo, sino conseguir un nivel aceptable para que el paciente pueda realizar sus actividades diarias con normalidad».

Los especialistas de este servicio utilizan tratamientos farmacológicos del tercer escalón, como son los opiáceos, así como infiltraciones. «El dolor más común de de origen musculo esquelético, relacionado con la artrosis y el dolor lumbar», explica el doctor Bronte.

Cuarenta años

La unidad del dolor comenzó a funcionar hace cuarente años. «Entonces veíamos a pacientes oncológicos y terminales, pero hace diez años se decidió que esos tratamientos dependieran directamente de la unidad de apliativos. Las unidades se quedan sin enfermos y empiezan a recibir pacientes con dolor crónico benigno, como artrosis y cirugía de columna fallida, neurálgias postherpéticas, cefaleas crónicas, síndrome de dolor regional complejo y cuadros de dolor de traumatismos discapacitantes».

Lo que más pacientes lleva a esta consulta hospitalaria son las cirugías de columna. «El dolor crónico es tan discapacitante como una insuficiencia cardíaca», explica el doctor Bronte.

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