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Pieles a punto de sol

Las farmacias de la provincia ponen al día sobre los últimos productos para proteger y broncear la piel.

Algunas farmacias disponen de una máquina para analizar la piel.

León

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LEÓN

El sol es muy beneficioso para la salud, pero también entraña riesgos como prueba el avance del cáncer de melamona en las últimas décadas. Con el aumento de las horas de luz la farmacéutica Marta Rodríguez Tato, vocal del Colegio Oficial de Farmacéuticos de León, aconseja «preparar la piel de la cara, del cuerpo y el pelo para minimizar los riesgos de deshidratación, arrugas, quemaduras, manchas, cánceres...».

Lograr un bonito tono de piel, resalta la experta, no es incompatible con los cuidados adecuados. Hay que tener en cuenta que el bronceado es una respuesta de la piel a las radiaciones solares y ésta varía en función del fototipo.

De entrada, hay que evitar golpes de sol por exposición excesiva. La reacción que produce sobre la piel «son verdaderas quemaduras superficiales». El exceso de sol en las pieles maduras puede dar lugar a la aparición de manchas marrones o lunares lisos y sin relieve. Otros efectos invisibles pueden surgir a corto y largo plazo. «Comportan serios desarreglos cutáneos y son la causa de numerosas afecciones antiestéticas y de un prematuro envejecimiento cutáneo», advierte.

Hay que tener en cuenta que los efectos del sol son acumulativos y sus manifestaciones se ven a largo o medio plazo y mentalizarse, como dice la farmacéutica, que «en ausencia de protección cosmética la radiación solar tiene efectos sumamente negativos sobre la piel».

En verano, la radiación UVB, responsable de que la piel enrojezca y se queme, es más intensa que invierno, especialmente entre las 12 y las 15 horas. La radiación UVA, responsable del daño a largo plazo, es constante a lo largo del día y del año.

El bronceado es un mecanismo de defensa, de modo que los rayos UVA penetran en las capas inferiores y los melanocitos producen la melanina que pigmenta la piel.

En los últimos años el mercado de los cosméticos ha evolucionado y existen productos que además de protección aportan otros beneficios. Así, la fotoinmunoprotección tiene una cobertura más amplia, protege de los radicales libres y repara el daño celular en el ADN.

Los activadores del bronceado antiedad aportan sustancias como tirosina, rivoflavina y ATP que, en presencia de los rayos UVA y UVB, incrementan la producción y distribución de melanina.

También hay una línea de nutricosmética solar, «complementos naturales a la dieta que ejercen una potente acción desde el interior del organismo al exterior, a la piel», indica. Carotenos, selenio, vitamina E, licopeno, aceites... «un mercado que ha evolucionado hacia formulaciones más modernas para conseguir tanto un bronceado más intenso y duradero como evitar la aparición de las temidas manchas».

Lo último en nutricosmética es la fotoinmunoprotección, producto que actúa tanto por fuera como por dentro que aporta cuatro niveles de protección adicionales. 1) Antiaging: Previene el fotoenvejecimiento prematuro; 2) Antioxidante: neutraliza el daño provocado por los radicales libres generados por las radiaciones nocivas en la piel; 3) Inmológica: refuerza las defensas cutáneas y 4) Protege el ADN de las células.

El Colegio Oficial de Farmacéuticos aconseja: 1) Aplicar el protector antes de la exposición y renovarlo, sobre todo, después de cada baño. 2 ) Exponerse progresivamente y evitar el tramo de 12 h. a 16 h. 3) Evitar las sesiones de bronceado con lámparas. 4) En menos de 3 años limitar la exposición. La piel tiene memoria. 5) Protegerse para cualquier actividad al aire libre. 6) No fiarse de la altitud, nubosidad, superficies reflectoras (nieve, arena, hierba, agua), viento fresco… 7) Usar gorra y gafas de sol con cristales homologados. 8) Secarse después del baño para evitar el efecto lupa. 9) Beber agua en abundancia. 10) Cuidar el cabello con jabones y aceites.