Diario de León

La sangre que todo lo cura

Luis Alberto Rodríguez es uno de los cuatro leoneses que ha donado médula.

Luis Alberto Rodríguez donó médula ósea en agosto a una persona enferma desconocida para él que ahora se recupera.

Luis Alberto Rodríguez donó médula ósea en agosto a una persona enferma desconocida para él que ahora se recupera.

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«Cuando me llamaron para donar sentí una inmensa alegría». Luis Alberto Rodríguez es el último de los cuatro leoneses que ya han donado médula ósea. «Me hice donante hace ocho años después de escuchar en la radio una de las pocas campañas que entonces se hacían para fomentar la donación de médula», explica. Pero no fue hasta la primavera del año pasado cuando la Fundación Josep Carreras contra la leucemia lo llamó para comunicarle que su sangre tenía un alto índice de compatibilidad de una persona enferma que necesitaba un trasplante, pero había que hacer más pruebas. «Fui al Hospital de León para hacerme una analítica más completa y en agosto me volvieron a llamar para decirme que era compatible y me dieron un plazo de tiempo para que me pensara si seguía interesado».

Tomada la decisión, a Luis Alberto le dieron a elegir los hospitales a los que debía acudir para completar la donación entre Oviedo, Valladolid, Salamanca o Madrid. «Elegí el Hospital La Paz de Madrid, por cuestiones familiares y allí me trasladé para recoger la medicación que debía inyectarme durante cuatro días». La medicación a la que se refiere Luis Alberto se utiliza para la obtención de células madre de sangre periférica Con la administración de 4 ó 5 inyecciones subcutáneas de unas sustancias denominadas factores de crecimiento hematopoyético, las células madre de la médula ósea pasen a la sangre, de donde se extraen después en el proceso de donación.

«Mi donación fue por citoaféresis». Es decir, de manera ambulatoria, se hace circular la sangre obtenida de una vena de un brazo a través de unas máquinas denominadas «separadores celulares», que recogen las células madre. El resto de la sangre es devuelta al donante por una vena del otro brazo. Este sistema no necesita que el donante ingrese en el hospital, ni entre en el quirófano ni reciba anestesia. Ese sistema se utiliza en el 90% de los casos. Pero hay hospitales que, según las características y la enfermedad que tenga el receptor, optan por la donación extrayendo, con una jeringuilla, una pequeña cantidad de sangre medular de la parte posterior del hueso de la cadera. Esta extracción se realiza bajo anestesia general o epidural en el hospital especializado más cercano al domicilio del donante.

«Son cuatro días incómodos, pero aconsejo la experiencia a todo el mundo porque es muy enriquecedora. Es una sensación que no se puede explicar del todo por el poder de ayudar a una persona con tu sangre porque los pacientes se enfrentan a enfermedades muy duras».

Luis Alberto es Guardia Civil y «donante de todo». «Fui voluntario de Cruz Roja en el año 1997 y vi mucha necesidad». Esta convicción le ayudó a decidirse por la donación de médula. «Si hubiera tenido que entrar en el quirófano lo hubiera hecho igual. No me da miedo porque sé que no me ocasionaría ningún daño. Aunque sea incómodo es un mal menor para poder ayudar». Los responsables de la Fundación volvieron a llamar a Luis Alberto para interesarse por su estado. «Me enviaron una carta de agradecimiento y una caja de bombones, pero no hacía falta que hicieran nada de eso, yo no esperaba nada».

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